jueves, 27 de junio de 2013

Sustancias diseñadas en laboratorios y que se venden hasta por Internet

Por Mariana Iglesias

Bajo la lógica del mercado, las nuevas drogas se multiplican. Y las autoridades no dan abasto, según la ONU.

27/06/13
Las drogas no escapan en absoluto a la lógica del mercado. Se crean nuevos productos y se generan nuevas necesidades. Así crece el consumo. Además, hay que conquistar nuevos clientes y consumidores, y la variedad debe ser tal que todos los bolsillos puedan acceder a algún producto. Pero en este mercado, además, hay otro factor de peso: la ilegalidad, con lo cual, la creatividad se vuelve necesaria. Es lo que ocurre con las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP).
“Aunque en la escena de las drogas han aparecido sustancias perjudiciales con una regularidad constante, el sistema de fiscalización internacional de drogas está fallando por primera vez ante la rapidez y creatividad del fenómeno de las nuevas sustancias psicoactivas”, dice el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito. El número de NSP notificadas por los Estados Miembros aumentó de 166 a finales de 2009 a 251 a mediados de 2012, lo que supone un incremento de más del 50%. Por primera vez, el número de NSP superó al total de sustancias sujetas a fiscalización internacional (234).
Las NSP son sustancias de uso indebido, ya sea puras o en preparados, que no están fiscalizadas por los tratados internacionales sobre drogas. NSP es un término genérico que incluye sustancias o productos psicoactivos no reglamentados que tratan de imitar los efectos de drogas fiscalizadas.
“El problema de las NSP es como una hidra, en el sentido de que los fabricantes producen nuevas variantes para eludir los nuevos marcos legales que se elaboran constantemente para fiscalizar las sustancias conocidas, entre las que figuran sustancias psicoactivas sintéticas y de origen vegetal, que se han propagado rápidamente en mercados muy dispersos”, sigue el informe, que detalla las NSP identificadas: cannabinoides sintéticos (23%), fenetilaminas (23%) y catinonas sintéticas (18%), triptaminas (10%), sustancias de origen vegetal (8%) y piperazinas (5%).
Los nombres de las sustancias parecen salidos de Un mundo feliz (1932), la más famosa de las novelas de Aldous Huxley, donde existían pastillas que ponían felices a todos. Son: JWH-018 y JWH-073 (cannabinoides sintéticos); MDVP (catinonas sintéticas); y mCPP, BZP y TFMPP (piperazinas).
También hay una extensa lista de sustancias de origen vegetal, que incluyen el kratom (considerada una planta medicinal), khat (otra planta, más bien un arbusto) y la Salvia divinorum.
Asegura el informe de la ONU que las NSP son especialmente peligrosas por su percepción: “Se han comercializado a menudo como ‘colocones legales’, dando a entender que su consumo y uso son inocuos, aunque la realidad es muy diferente. Para engañar a las autoridades, los proveedores también venden sus productos con nombres de uso diario relativamente inocuos como ambientadores de locales, sales de baño, inciensos vegetales e incluso abonos para plantas”. Es decir, casi que no hace falta llamar al dealer a escondidas, sino más bien se va a la farmacia o la herboristería.
http://www.clarin.com/sociedad/Sustancias-disenadas-laboratorios-venden-Internet_0_945505448.html

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