Introducción
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad
(TDAH) es una de las afecciones más frecuentes
padecidas por los niños y, según estudios epidemiológicos,
puede ser persistente y afectar a entre un 35% y un
80% de adultos con al menos uno o más síntomas de
TDAH (Barkley, 1997). Wender (1995) describe una
prevalencia de TDAH en la edad adulta de entre un 2 y
un 6%. En un estudio epidemiológico reciente, realizado
en el 2006, Kessler y col. encontraron una prevalen-
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Comorbilidad de la Dependencia a
Alcohol y Drogas y el Trastorno
por Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH)
Martin D. Ohlmeier1; Karsten Peters2; Bert T. Te Wildt1; Markus Zedler1;
Marc Ziegenbein1; Birgitt Wiese3; Hinderk M. Emrich1; Udo Schneider1
1Departmento de Psiquiatría, Psiquiatria social y Psicoterapia,
Escuela de Medicina de Hannover, Alemania, 2Klinikum Wahrendorff, Sehnde, Alemania
3Instituto de Biometría, Escuela de Medicina de Hannover, Alemania
Resumen
Objetivos: El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tiene una gran importancia clínica no
sólo por su elevada prevalencia sino también por su frecuente comorbilidad con enfermedades que están relacionadas
con este trastorno. Diversos estudios han sido capaces de demostrar que el TDAH constituye un importante factor de riesgo
para la exacerbación de enfermedades que producen dependencia, es decir adicciones.
Métodos: Nosotros realizamos un estudio de 152 pacientes adultos con dependencia del alcohol (n=91) o adicción
a múltiples drogas (n=61) para determinar si estos pacientes estaban afectados por el TDAH o no. Para la valoración
retrospectiva del TDAH en la infancia, se empleó elWURS-k así como la lista de síntomas del DSM-IV para
el TDAH. Para evaluar los síntomas de TDAH persistentes en los adultos se utilizó el CAARS.
Resultados: Un 20,9% (WURS-k) o 23,1% (criterio diagnóstico del DSM-IV) de los pacientes alcohol dependientes
mostraron evidencias retrospectivas de haber padecido TDAH en la infancia. Con ayuda del CAARS, se
demostró que el TDAH persistía en un 33,3% de los pacientes adultos. En el grupo de los pacientes adictos a drogas,
un 50,8% (WURS-k) y un 54,1% (DSM-IV) presentaban criterios diagnósticos para TDAH en la infancia y un
65% (CAARS) mostraron evidencias de persistencia del TDAH en la edad adulta.
Conclusiones: Estos resultados revelan que las enfermedades que ocasionan adicción pueden asociarse, con una
elevada comorbilidad, con TDAH, expresada en la forma de abuso de alcohol y también en el consumo de drogas
ilegales. Estos resultados enfatizan la gran importancia de diagnósticos y terapias precoces y precisas del TDAH para
la prevención de enfermedades que ocasionan adicción.
cia del 4,4% entre los adultos en EEUU: Los síntomas
centrales de esta aflicción incluyen déficit de atención,
aumento de la impulsividad, hiperactividad, desorganización
e inestabilidad emocional, presentes desde la
infancia (Asociación Americana de Psiquiatría, 1994).
Diversos estudios ya han demostrado que el
TDAH, que actualmente es un término que define una
disfunción genéticamente determinada de los sistemas
de neurotransmisores dopaminérgico y noradrenérgico
(Ernst y col., 1998; Faraone y col., 1998; Dougherty y
col., 1999; Dresel y col., 1999; Krause y col., 2003),
representa sin duda un factor de riesgo para la exacerbación
de enfermedades adictivas. Wilens y col. (1997,
2004), y otros autores (Goodwin y col., 1975; Tarter y
col., 1977) hallaron comorbilidad entre TDAH y alcoholismo
y consumo de drogas entre un 35% y un 79%.
Los pacientes con TDAH y adicción a las drogas
mostraron tendencia a iniciarse precozmente y a experimentar
más libremente el consumo de drogas que
aquellos pacientes adictos sin TDAH (Caroll y
Rounsaville, 1993; Levin FR y Kleber, 1995; Wilens y
col., 1997; Biederman y col., 1998). En un estudio realizado
por Wilens y col. (1997) se encontró que la media
de edad de los pacientes con TDAH al iniciarse en el
consumo de drogas era de 19 años, mientras que en un
grupo control de pacientes sin TDAH, las enfermedades
adictivas no empezaron, de promedio, hasta la edad de
22 años.
Otros grupos investigadores han descrito el doble
de riesgo, a lo largo de la vida, de enfermedades adictivas
para pacientes con TDAH y concluyeron que el
TDAH en combinación con un trastorno comórbido
(depresión, trastorno de ansiedad, etc.) incrementaba
adicionalmente el riesgo de desarrollar una adicción
(Biederman y col., 1005; Disney y col., 1999). En esta
conexión, también se ha reportado que puede diagnosticarse
un trastorno de la personalidad en hasta casi un
71% de aquellos con una comorbilidad de TDAH y
enfermedad adictiva (Schubiner y col, 2000). En diversos
estudios se halló una alta incidencia de consumo
abusivo de alcohol en pacientes con TDAH. Por ejemplo,
Biederman y col. (1998) describieron una incidencia
significativamente más alta de consumo abusivo de
alcohol o de dependencia entre 239 adultos con TDAH,
un 44%, en comparación con una población control de
268 personas, un 24% de los cuales estaba afectado. En
sus investigaciones de 78 pacientes adultos con TDAH,
Downey y col. (1997) determinaron una incidencia del
33,3% para el abuso de alcohol o la dependencia.
Rasmussen y Gilberg (2000) hallaron un incremento de
la incidencia del abuso de alcohol en un estudio longitudinal
controlado de 55 pacientes de 22 años a los que
se les había diagnosticado TDAH a la edad de 7 años y
que nunca habían recibido tratamiento farmacológico,
en comparación con 46 sujetos control. Krause y col.
(2002a) investigaron a 153 pacientes adultos con
dependencia del alcohol y hallaron evidencia de TDAH
en la infancia en 65 de ellos, con 28 de ellos presentando
también síntomas persistentes en la edad adulta.
En relación con la dependencia de la cocaína, se ha
demostrado que hay una prevalencia del 35% en TDAH
en combinación con enfermedades adictivas y que el
consumo de cocaína es mucho más acusado y comienza
más precozmente en este grupo de pacientes que en
los adictos a la cocaína sin TDAH (Caroll y
Rounsaville, 1993). Asimismo, en estudios realizados
por Volkow y col. (2003) se demostró que hay más consumo
de cocaína en pacientes con TDAH y que aquellos
afectados reportaron una reducción significativa de
los síntomas tras consumir cocaína.
El riesgo de dependencia de la nicotina también
parece ser más elevado en los pacientes con TDAH. Se
ha reportado una coincidencia de la dependencia de la
nicotina en pacientes adultos con TDAH de entre un
40-75% (Pomerlau y col., 1995). En nuestras propias
investigaciones, también fuimos capaces de demostrar
un porcentaje significativamente más elevado de
dependencia severa de la nicotina en pacientes con
dependencia del alcohol con TDAH comórbida que en
los pacientes sin el diagnóstico adicional de TDAH
(Ohlmeier y col., 2007).
Los estudios disponibles actualmente muestran
claramente una conexión entre el TDAH y las enfermedades
adictivas, lo que conlleva a la suposición de que
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un alto porcentaje de alcohólicos y adictos a drogas
padecen también de un – posiblemente aún no diagnosticado
-TDAH. El objetivo de este estudio era examinar
retrospectivamente cuantos pacientes con
dependencia del alcohol y de múltiples drogas habían
padecido de hecho un TDAH en su infancia y si estos
síntomas permanecían o no en la edad adulta.
Además, la cuestión se llevó hasta los posibles efectos
del TDAH en relación con el inicio, el tipo y la
severidad de la adicción.
Sujetos y Métodos
Se admitieron para participar en este estudio a 152
pacientes (109 hombres y 42 mujeres adultos, un caso
se perdió) y todos dieron su consentimiento para ser
sometidos a tratamiento hospitalario en el
Departamento deAdicciones de una institución psiquiátrica
(Klinicum Wahrendorff). Los pacientes se incluyeron
consecutivamente en el estudio durante seis
semanas. Se realizaron pruebas diagnósticas para el síndrome
de dependencia del alcohol (ICD F10.2; DSMIV
303.90) Se empleó el Índice Europeo de Gravedad
de la Adicción (EuropASI) (Gsellhofer y col., 1999)
para evaluar la adicción del historial. La investigación
se realizó en pacientes alcohol dependientes tras 10 días
de terapia de desintoxicación como muy pronto y en
aquellos con dependencia de múltiples drogas tras 14
días de terapia de desintoxicación como mínimo. Este
periodo de tiempo se distribuyó de manera que se asegurase
que el paciente no padecía síntomas de abstinencia.
Los criterios de exclusión para participar en este
estudio incluían la psicosis aguda y otras enfermedades
que excluirían la capacidad de obtener el consentimiento
de los pacientes. Para la valoración retrospectiva del
TDAH en la infancia se empleó la traducción alemana
autorizada de la Escala de Valoración de Wender Utah
(WURS-k) (Retz-Junginger y col., 2002), así como la
lista de síntomas del DSMA-IV para TDAH
(Asociación Americana de Psiquiatría, 1994). Además,
los pacientes que seguían tratamiento se dividieron en
grupos de subdiagnóstico según el DSM-IV (tipo desatención
(DSM-IV 314.00), tipo hiperactivo-impulsivo
(DSM-IV 314.01) tipo combinado (DSM-IV 314-01)).
Las Escalas de Conners para la Valoración de TDAH en
Adultos (CAARS, versión larga) (Conners y col., 1999)
se emplearon para valorar los síntomas persistentes de
TDAH en adultos. La aprobación del estudio la dio el
Comité Ético del la Escuela de Medicina de Hanover.
Análisis estadístico
Se utilizó el test de la X2 para la comparación de
proporciones. Se aplico el Test de Tendencia Lineal
para una tendencia en las categorías ordinales. El test de
la t no pareado se usó para comparar las medias entre
dos grupos.
Resultados
Según el DSM-IV, 91 (59,9%) de los 152 pacientes
fueron diagnosticados de dependencia del alcohol y 61
(40,1%) como dependientes de múltiples sustancias. El
grupo se componía de 109 hombres y 42 mujeres (un
caso perdido) pacientes con una media de edad de 41.32
± 11.42 años. Los datos sociodemográficos de los participantes
se muestran en la Tabla 1.
Como se muestra en la Tabla 2, elWURS-k mostró
19 pacientes (20,9%) en el grupo de los individuos
alcohol dependientes con una puntación de corte ≥ 30,
lo que es una prueba de TDAH en la infancia. Del
mismo modo, la lista de síntomas del DSM-IV confirmó
que 21 (23,1%) de los pacientes alcohol dependientes
padecieron TDAH en la infancia. Se halló que siete
(33,3%) de los pacientes alcohol dependientes evaluados
con el DSM-IV tenían TDAH en su infancia y el
CAARS también dio evidencias de síntomas de TDAH
en la infancia persistiendo en la edad adulta.
En el grupo de los pacientes dependientes de múltiples
sustancias, el WURS-k mostró 33 pacientes
(54,1%) con una puntuación de corte ≥ 30. El resultado
de la lista del DSM-IV empleada retrospectivamente
mostró que 33 (54,1%) de los pacientes tuvieron
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RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 58 - 2009 15
Tabla 1. Datos sociodemográficos de los pacientes investigados
Número de pacientes, n (%) 21 (23.1) 70 (76.9) 91 (100)
Hombres/mujeres, n 15/6 44/26 59/32 P = 0.471
Edad (años) Media ± DE 43.85 ± 9.32 47.80 ± 9.87 46.89 ± 9.84 P = 0.108
Pruebas finales, n (%) 0 (0) 9 (12.9) 9 (12.9) P = 0.083
Graduados, n (%) 2 (9.5) 6 (8.6) 8 (8.8) P = 0.892
Empleados, n (%) 9 (45) 22 (31.4) 31 (34.4) P = 0.260
Casados, n (%) 4 (19.0) 25 (37.7) 29 (31.9) P = 0.151
Divorciados, n (%) 6 (28.6) 14 (20.0) 20 (22.0) P = 0.405
Número de pacientes, n (%) 33 (54.1) 28 (45.9) 61 (100)
Hombres/mujeres, n 27/6 23/4 50/10 P = 0.728
Edad (años) Media ± DE 31.12 ± 6.98 35.25 ± 8.85 33.01 ± 8.10 P = 0.046
Pruebas finales, n (%) 3 (9.4) 4 (14.3) 7 (11.7) P = 0.554
Graduados, n (%) 1 (3.1) 3 (10.7) 4 (6.7) P = 0.240
Empleados, n (%) 4 (12.9) 5 (17.9) 9 (15.3) P = 0.597
Casados, n (%) 4 (12.1) 6 (21.4) 10 (16.4) P = 0.328
Divorciados, n (%) 4 (12.1) 2 (7.1) 6 (9.8) P = 0.515
Dependencia del
Alcohol con TDAH
(DSM-IV)
Dependencia del
Alcohol sin TDAH
(DSM-IV)
Total grupo
Alcohol
dependiente
Valor P
Trastorno por consumo
de drogas
(TCD) con TDAH
(DSM-IV)
Trastorno por consumo
de drogas
(TCD) sin TDAH
(DSM-IV)
Total grupo
Trastorno por
consumo de
drogas (TCD)
Valor P
Tabla 2. Datos sociodemográficos de los pacientes investigados
TDAH DSM-IV*, n (%) 21 (23.1) 33 (54.1) P < 0.001
Tipo desatención, n (%) 13 (14.3) 16 (26.2)
Tipo hiperactivo-impulsivo, n (%) 2 (2.2) 3 (4.9) P < 0.001
Tipo combinado, n (%) 6 (6.6) 14 (23)
WURS-k**, n (%) 19 (20.9) 31 (50.8) P < 0.001
CAARS***, n (%),
TDAK DSM-IV, n=21/n=33)
(DSM-IV ADHD pos,
n = 21/n = 33) 7 (33.3) 19 (65.5) P = 0.080
*TDAH DSM-IV = Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (una puntuación superior a seis en los nueve primeros ítems indica problemas de atención,
una puntuación superior a seis en los nueve últimos ítems indica hiperactividad).
**WURS-k = La traducción alemana autorizada de la Escala de Valoración de Wender Utah (WURS) señala a TDAH con una puntuación ≥ 30
***CAARS = Escalas de Conners para la Valoración de TDAH en Adultos (el análisis se hace separadamente en relación con el género y la edad y da una idea del estado actual
del sujeto).
Pacientes alcohol
dependientes
(n=91)
Pacientes con trastorno
por consumo de drogas
(n=61)
Valor P
TDAH en su infancia. El CAARS evidenció en este
grupo que 19 pacientes (65,5%) tenían síntomas persistentes
en su adultez. En la Tabla 2 se muestran conjuntamente
los resultados del WURS-K, de la lista de
síntomas del DSM-IV y del CAARS en ambos grupos
de pacientes investigados.
Adicionalmente, se realizó una división diagnóstica
de los subtipos de TDAH según los criterios del
DSM-IV (Tabla 2). Del grupo de los probandos alcohólicos
dependientes, 13 pacientes (14,3%) cumplieron
los criterios diagnósticos para el “tipo desatención”,
dos pacientes (2,2%) el “tipo hiperactivo-compulsivo”
y seis pacientes (6,6%) el “tipo combinado”. En contraste
con esto, el grupo de probandos dependientes de
drogas reveló que 16 pacientes (26,2%) cumplían los
criterios del “tipo desatención”, tres pacientes (4,9%)
del “tipo hiperactivo-impulsivo” y 14 (23%) del “tipo
combinado” (P= 0.001).
En relación con el tipo de droga consumida, se
halló que aquellos pacientes con TDAH (criterio
diagnóstico DSM-IV) consumían mayor cantidad de
cocaína (75,8% versus 71,4%; P = 0.775) y considerablemente
más cannabis (97.0% versus 85.7%; P =
0.170). Asimismo, el consumo de heroína era significativamente
mayor en el grupo de TDAH (84,8% versus
67,9%; P = 0.138); sin embargo, se vio que el
consumo de anfetaminas era algo menor (33,3% versus
39,3%; P = 0.790) (Figura 1). No obstante no
existen diferencias significativas en ambos grupos.
En ambos grupos de probandos fue evidente que
el consumo de drogas comenzaba mucho antes en
aquellos pacientes con TDAH. Las figuras 2 y 3
muestran la edad de comienzo de consumo de alcohol
16 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 58 - 2009
Fig.1. Tipo de droga consumida en porcentaje
(grupo de drogodependientes (n = 61)
TCD sin TDAH TCD con TDAH
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Cannabis Anfetaminas Cocaína Heroína
85,7
97
39,3
33,3
71,4
75,8
67,9
84,8
Fig.3. Edad de inicio con drogas en pacientes drogodependientes
(n = 61) con TDAH comórbido.
Edad de inicio con drogas sin TDAH
Edad de inicio con drogas sin TDAH
25
20
15
10
5
0
Cannabis Anfetaminas Cocaína Heroína
Fig.2. Edad de comienzo con el alcohol y la primera experiencia
excediendo el nivel crítico de consumo de alcohol en
pacientes alcohol dependientes (n=91) con y sin TDAH
comórbido.
Edad de inicio con el alcohol
Edad excediendo el nivel crítico de alcohol
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Alcohol sin TDAH Alcohol con TDAH
y drogas en aquellos pacientes dependientes de múltiples
drogas con y sin enfermedad comórbida.
Discusión
Los resultados del presente estudio muestran que
los pacientes de un gran departamento para el tratamiento
de consumo de drogas también cumplen con
una frecuencia desproporcionada los criterios del DSMIV
para la presencia de TDAH. En el grupo de los
dependientes del alcohol y – más significativamente –
en el grupo de los pacientes con adicción a múltiples
drogas, un alto porcentaje de ellos podrían ser diagnosticados
retrospectivamente de haber padecido TDAH
en la infancia, persistiendo en parte en la edad adulta.
En ambos grupos, se observó una edad de inicio significativamente
menor con el alcohol y las drogas cuando
existía TDAH concomitante. Por tanto, los resultados
de nuestro estudio sugieren que el TDAH puede ser un
importante factor de riesgo para el desarrollo de la adicción
por un lado, y para “un primer consumo precoz”
por el otro.
Consecuentemente, los resultados de este estudio
parecen ser de particular importancia en relación
con la medicina preventiva. Diversas investigaciones
han demostrado que el tratamiento de los niños
que padecen TDAH con metilfenidato (MPH) reduce
el riesgo de un posterior consumo de drogas
(Biederman y col., 1999; Huss, 1999). En un estudio
a largo plazo de 5 años, se observó un consumo considerablemente
menor de sustancias adictivas en los
pacientes con TDAH que habían recibido tratamiento
con MPH que en aquellos que no habían sido tratados
del TDAH (Loney, 1988). Asimismo, los
pacientes adolescentes con TDAH que fueron tratados
con estimulantes parecen tener un menor riesgo
de desarrollar una adicción (alcohol, cocaína y otras
drogas) y engancharse en menos al consumo de drogas
(Biederman y col., 1999). Por otra parte, varios
estudios han demostrado que el tratamiento con estimulantes
de los pacientes con TDAH que padecen
enfermedades adictivas, reduce su consumo de drogas
y su síndrome de abstinencia (Levin y col.,
1998a; 1998b; Riggs y col., 1998). Con la terapia
con MPH se ha descrito una reducción del síndrome
de abstinencia para la cocaína y una mejora en los
síntomas de TDAH en pacientes con TDAH enganchados
al consumo de cocaína (Levin y col., 1998b;
Schubiner y col., 2002).
Hay diversas razones por las que hay una elevada
coincidencia de TDAH y enfermedades adictivas.
Primeramente, es bastante evidente que los pacientes
con los tipos “hiperactivo-impulsivo” y “combinado”
tienen una naturaleza más experimental y temeraria
cuando se asocian drogas y alcohol – esto
explica el mayor consumo de “drogas de alto riesgo”
como la heroína. Nuestra investigación reveló valores
significativamente más altos en el grupo de
pacientes dependientes de drogas para el “tipo desatención”
y el “tipo combinado”. Los pacientes aislados
del “tipo hiperactivo-impulsivo” en ambos
grupos estaban, en comparación, poco representados.
La mayor representación en el grupo de drogodependientes
y el alto número de pacientes de “tipo combinado”
– subsumiendo los criterios de desatención e
hiperactividad-impulsividad - da razones para suponer
que este grupo está sujeto con mayor probabilidad
a reacciones precipitadas. Los pacientes de “tipo
desatención” parecen tener más probabilidad de consumir
drogas principalmente para estimularse.
Puede considerarse como otra razón de la elevada
coincidencia de TDAH y enfermedades adictivas el fracaso
de los intentos de auto tratamiento. Biederman y
col. (1995), reportaron que la droga usada con más frecuencia
por los pacientes con TDAH era el cannabis,
muy por delante de las anfetaminas, la cocaína y los
alucinógenos, seguido luego por los opioides que no
parecen pertenecer a las drogas preferidas por los que
padecen TDAH. Los hallazgos clínicos muestran que
los pacientes afectados reportaron una supuesta mejora
de los síntomas específicos de TDAH cuando se “automedicaban”
en forma de consumo de cannabis o cocaína.
Proporcionalmente, los presentes resultados
evidencian un consumo significativamente mayor de
cannabis y al menos una tendencia hacia un mayor consumo
de cocaína en el grupo con TDAH. La hipótesis
del “auto tratamiento” solo la apoyan estudios realizados
por Volkow y col. (2003) que reportaron una mar-
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 58 - 2009 17
cada reducción de los síntomas de TDAH tras el consumo
de cocaína. Puede asumirse que el consumo de
cocaína conduce postsinápticamente a un aumento de la
concentración de dopamina, lo que ocasiona un alivio
de los síntomas de TDAH.
Fisiopatológicamente, la alta prevalencia de
enfermedades adictivas en TDAH puede explicarse
por el hecho de que estas sustancias estimulan la
liberación de neurotransmisores – especialmente de
dopamina – reduciendo de esta forma los síntomas
princeps del TDAH. Los estudios en relación con el
consumo de nicotina por los pacientes con TDAH
apoyan esta hipótesis. Parece que la nicotina tiene un
efecto sobre el núcleo accumbens similar al de los
derivados anfetamínicos (Pontieri y col., 1996). En
otro estudio pudo demostrarse un efecto comparable
de la nicotina sobre los transportadores de la dopamina,
tal como se conoce para el metilfenidato (Krause
y col., 2002b). Por el contrario, el consumo de alcohol
parece tener un efecto bastante supresor sobre los
pacientes con TDAH. En base a las observaciones
clínicas, los pacientes afectados reportan un efecto
de algún modo calmante tras el consumo de alcohol,
lo que también conduce en ocasiones a una mejoría
del insomnio que padecen con frecuencia.
Conclusión
La experiencia clínica y los resultados de los estudios
presentados indican que puede asumirse que las
enfermedades adictivas con una elevada comorbilidad
están, en efecto, conectadas con el TDAH. Esto puede
expresarse en forma de dependencia del alcohol o de
consumo de drogas ilegales. Esto subraya la gran
importancia de diagnósticos y terapias adecuadas y
oportunas para el TDAH con el objetivo de prevenir el
inicio de las enfermedades adictivas.
La Bibliografía y las tablas de los artículos las pueden pedir a:
avellanedaguri@gmail.com.
18 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 58 - 2009
Fuente: http://lapenultima-journal.blogspot.com/2009/12/comorbilidad-de-la-dependencia-alcohol.html
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