La Provincia Son sintéticas o mezclas, utilizadas para el placer. Las edades de consumo son menores. Especialistas hablan de prevención y daños cerebrales en el III Congreso Internacional en Paraná.
16 de octubre de 2010
Para aprender y capacitarse. En el acto de apertura, junto con los organizadores estuvieron el arzobispo Mario Maulión y Rosario Romero. (Foto: UNO/Pablo Merlo)
Se desarrolla con total éxito el III Congreso Internacional sobre Adicciones en Paraná que terminará hoy a las 12.30 con la exposición del director de Sedronar José Granero. Los temas como alcoholismo, tabaquismo, prevención educativa, prevención comunitaria, familia preventiva, modelos asistenciales, asistencia del paciente psiquiátrico, drogas modernas y problemáticas actuales forman parte del debate. Se habla de las edades de consumo y de las viejas y nuevas sustancias psicoactivas. De tratamientos en comunidades cerradas, del papel del Estado en materia de prevención y tratamiento. Pero fundamentalmente se debate sobre las causas por las cuales las personas son adictas. ¿Por qué se droga una persona? consultó UNO a algunos panelistas que trabajan en la atención de pacientes en distintas comunidades. Eduardo Vera, de Olavarría, se dedica a la prevención, asistencia de las adicciones en la modalidad de comunidades terapéuticas de adolescentes, niños y adultos. Para el profesional hay múltiples motivaciones que impulsan al consumo tales como: no pueden bajar la ansiedad, tienen baja la autoestima, no pueden manejar sentimientos o impulsos, hay miedos, existe la pérdida de algo querido material o ideal, la necesidad de pertenecer a algún grupo. “Las drogas se incorporan a nosotros para llenar un vacío”. Y ¿cuál es la más peligrosa?. “La que no se considera peligrosa y es el alcohol”. También habló de nuevas sustancias. De productos que se inventan y se recetan entre los mismos adictos. Para Rubén Morales, especialista en el tratamiento de pacientes en una clínica psiquiátrica donde se atiende a consumidores dependientes con trastornos mentales en Venezuela, la gente se droga por múltiples factores. “ También porque está de moda. Interpretamos que hay necesidad de hacerlo para cubrir otras situaciones dolorosas. Problemas familiares, situaciones económicas muy precarias o una situación asistencial insatisfecha”, planteó. Nuevas sustancias Desde épocas ancestrales, los seres humanos han tenido la necesidad de introducir a su organismo sustancias que le permitan escapar de la realidad, ya sea en el marco ceremonial o religioso, pues en ciertas culturas, aducían que estas eran el canal para tener comunicación directa con sus dioses, o simplemente con el propósito de alejar el cansancio en las arduas jornadas de trabajo, caza o pesca. En esta medida las sustancias se fueron convirtiendo en una necesidad, pues al paso del tiempo generaban en el organismo cierta dependencia, de la cual no se podían alejar, convirtiéndose en un vicio. A través de los años se han descubierto nuevas sustancias; unas de origen natural, otras seminaturales y actualmente las denominadas drogas sintéticas, Todas estas para uso recreativo o lúdico, convirtiéndose rápidamente en drogas de abuso, pues su consumo se hace cada vez más frecuente y peligrosamente adictivo. “En el mercado hay cada día más oferta de sustancias diseñadas cuyo efecto psicoactivo es el del placer”. Y advirtió: “El adicto y la gente que está en este medio es muy curiosa y mezcla varias cosas para lograr una nueva. La receta se pasa de boca en boca. También hay nuevas sustancias que preparan los laboratorios, por ejemplo el polvo de ángel”, dijo el especialista. Como su nombre lo indica, es un polvo blanco cristalino que se disuelve fácilmente en agua o alcohol. Tiene un sabor amargo y se puede mezclar fácilmente con colorantes. Se usa principalmente de tres formas: se inhala en forma de polvo, se fuma aplicándola a hojas de plantas o se ingiere en forma de tabletas o cápsulas. Algunos también la usan de forma inyectada intravenosa. También el especialista contó que hay muchas variantes del éxtasis a base de anfetaminas que están de moda para las fiestas”. Y agregó: “Los chicos no pueden divertirse de otra manera. Amanecen bailando y tomando. Comienza como un juego pero luego lo toman en forma más frecuente y terminan adictos”. Novedades José Barrionuevo es autor del libro Drogadicción en la Adolescencia. Para el escritor en la actualidad el problema de la drogadicción adquiere una dimensión diferente a las de otros momentos históricos socio culturales y el drogadicto se presenta como el mejor adaptado a las reglas de consumo. Y es dependiente no sólo a la droga, sino fundamentalmente de un otro social que le vende la posibilidad del logro de la inmediatez del goce, éxito individual y solitario casi sin mayores esfuerzos, sólo con comprar u obtener y consumir una mercadería llamada droga que lo aloja en ese otro mundo de ser drogadicto. La edad de inicio del consumo bajó a 7 años Eduardo Vera habló sobre el consumo: “Nosotros trabajamos con niños a partir de los 12 años, con edad de inicio de los 7 años. Y no hay una adicción a un tipo de drogas. Lo que esté a mano: pegamento, alcohol. El paco no es la droga fundamental, sino más bien los inhalantes y pastillas”. “El problema en los chicos comienza como un juego o un no saber qué hacer. El consumo se inicia más bien con el alcohol”, acotó Vera. El especialista también coincidió con Morales y advirtió que se empezarán a diseñar otro tipo de drogas. “Hay una imaginación terrible en este tema”. Si bien las clases bajas consumen drogas más baratas, también conviven en otros niveles. “ También en las clases altas se usa el paco y no sólo el éxtasis”, aclaró. Daña el cerebro y produce enfermedades y trastornos Rubén Morales, que trabaja con pacientes psiquiátricos aseguró que las drogas afectan directamente al cerebro. “Derivan en una enfermedad psiquiátrica o en un trastorno de la personalidad perseverante que no tiene posibilidades de tratamiento”. Juan Yaria, director del Instituto de Prevención de Drogadependencia hizo hincapié en el cuidado del cerebro. “Queda afectado por las drogas. Éstas dañan el lóbulo frontal que es el comando central y el regulador de la experiencia. De ahí que muchas drogas especialmente las estimulantes como la cocaína generan una frialdad moral y un sadismo con la víctima. Queda entonces, como decía un psiquiatra llamado Schneider, una personalidad desalmada"
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