domingo, 3 de abril de 2011

Modelos tóxicos


Modelos tóxicos


03.04.2011 | El consumo de drogas ilícitas no deja de crecer en nuestro país. Y lo más alarmante es que, a causa de una campaña bien orquestada, gran parte de la población considera de manera errónea que la marihuana es una sustancia prácticamente inocua.
En agosto de 2009, la Corte Suprema declaró inconstitucional el castigo penal a la tenencia de marihuana para consumo personal en mayores de edad, aunque el tribunal aclaró en ese momento que la medida no significaba un permiso para consumirla indiscriminadamente. Pero no deja de preocupar la alta tolerancia que muestra la sociedad argentina ante el consumo de marihuana y alcohol, sobre todo entre los más jóvenes.
No son muchas las voces que se levantan contra este sopor en el que ha caído gran parte de la ciudadanía, y una de las más claras es la del doctor Eduardo Kalina, con quien nos comunicamos para despejar dudas y rebatir falsas creencias populares. Kalina es especialista en psiquiatría, profesor titular de Farmacoterapéutica y Neurobiología de las Adicciones en el posgrado de Adicciones de la Universidad del Salvador. También es Master en Adicciones, título otorgado por la Universidad del Salvador y la Universidad Deusto de Bilbao.

Noticias & Protagonistas: Doctor, ¿la marihuana es tan cancerígena como el tabaco?
Dr. Eduardo Kalina: En realidad, la gente no quiere escuchar este tipo de cosas porque le gusta fumarla, entonces inventaron toda una historia de que la marihuana es “natural”, que es sólo una frase mágica. El tabaco también es “natural”, pero a ambos les ponen agrotóxicos, a la marihuana también. En México se ha registrado una fuerte toxicidad en la marihuana que le venden a la gente. Y como todo cigarrillo, es más tóxico y más grave cuando más se fuma: los que la fuman hasta el filtro son los que más rápido generan cáncer, porque un centímetro antes del final se concentran todos los tóxicos, los componentes más nocivos. Entonces, esa gente que fuma mucho, aspira mucho humo y se lo traga, y uno de cada diez termina con un cáncer. Compárelo entre quienes no fuman: en este grupo, una persona cada 270 tiene riesgo de contraer cáncer de pulmón. La marihuana es un cigarro que se aspira profundo y, como dicen los que la consumen, hasta “la pituca”, y además retienen el humo. Los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son cancerígenos, se duplican. El benzopireno, que es el agente, se intensifica con la concentración: claro que, para quien fuma un cigarrillo por semana, los riesgos son menores.

N&P: ¿La marihuana genera dependencia?
EK: La marihuana se fija en las células cerebrales de 15 a 20 días, entonces la gente afirma no sufrir la abstinencia, pero es porque la droga sigue presente. Como anula las náuseas y el vómito, otro de los daños que produce es que la gente, cuando bebe de más, no se da cuenta; es el mismo efecto que tienen las bebidas energizantes, pero eso no quiere decir que el daño del alcohol al cuerpo no se realice. Cuando uno toma demasiado, para el organismo es muy tóxico, y estos productos que tapan los síntomas, están al servicio del daño. La gente debe comprender que la marihuana es un tipo de cigarrillo con marca no registrada que quieren legalizar. Pero nadie se debe dejar engañar cuando le dicen que es natural; es un tabaco, y como todo tabaco es malo, no tiene ningún elemento útil.

N&P: ¿Tampoco como medicación controlada?
EK: De la marihuana hoy se puede extraer algún producto mínimo, un cannabinoide con el que se puede realizar un medicamento, el Marinol, que es utilizado en Estados Unidos para tratar las náuseas en los pacientes que reciben quimioterapia; pero es un remedio de segunda utilidad, y lo más cómico es que nadie quiere comprar estas pastillas pero todos quieren fumarlo por sus principios psicoactivos, que son muy peligrosos.

N&P: ¿Qué efectos dañinos causan en quienes los consumen?
EK: Desde que se difundió su utilización se sabe que produce brotes psicóticos y que quienes tienen propensión a la esquizofrenia, fumando marihuana explotan antes y con brotes mucho más graves. Utilizando estas sustancias que aumentan los compuestos que tiene que ver con la psicosis en el cerebro, se hacen mucho daño. Es absolutamente innecesario fumarla, y como toda adicción, es prevenible. Hay que enseñarles desde muy chiquitos en los colegios a no fumar ninguna de estas porquerías, y a no asustarnos de las leyes que las controlan, porque son las únicas que han dado resultado. Toda la permisividad es mala, porque la gente que se acerca a las drogas, por lo general tiene problemas con los límites y se deja llevar con mucha facilidad. En cambio, en todos los lugares en los que se pusieron límites estrictos al tabaco, por ejemplo, la gente ha conseguido respirar libremente.

N&P: ¿No cree que habría que tener también una conducta más severa con el consumo de alcohol? Hay algunas campañas publicitarias de cervezas, en las que el mensaje enviado a los jóvenes es que la amistad gira alrededor del alcohol…
EK: Es nefasto. Se permiten propagandas mentirosas que inducen al consumo de alcohol en una forma monstruosa. La juventud toma Fernet en gran cantidad, y esa es una bebida que ingerida en demasía es muy tóxica, especialmente para el nervio óptico. Hay gente que ha hecho nervitis crónica, que ha desarrollado un déficit de visión muy grande por abuso de Fernet; sin embargo, la ofrecen mezclada con la Cola como la bebida de la juventud. Hay una negación total a los males que produce porque la propaganda empuja al consumo.

N&P: También es importante lo que los chicos observen de las conductas de sus padres…
EK: Pero a diferencia de tiempos anteriores, la enseñanza de los padres es menos significativa que lo que pueden ver por televisión, que les entra desde que son muy chicos, y ellos compran todo lo que ven, lo que les meten en la cabeza, lo que después, cuando son más grandes, los lleva a consumir. Se permiten mentiras: en un país libre no podemos prohibir las propagandas, pero lo que sí se puede pedir es valentía, que digan la verdad. En lugar de eso, lo que venden es que consumir tal o cual bebida da más nivel, se les atribuye propiedades que no tienen, como asociar la cerveza a la amistad. ¿De dónde salió eso? Pero ahora los jóvenes la volvieron imprescindible para sus encuentros.

N&P: En Estados Unidos, cuando uno mira las series de televisión, siempre hay un final con un objetivo moral, una enseñanza. Nosotros estamos desbordados, nos falta un debate sobre los contenidos, y eso no es pensar en la censura, sino en los mensajes que se dan a los jóvenes…
EK: Creo que las campañas de esclarecimiento permanente son urgentes, deben ser extremas, pero desgraciadamente en nuestro país no las hacemos, no hay trabajo cultural, no se educa a la población. Pensemos en la falta de educación en el tránsito, en las conductas de la salud: este es un país en el que se permite cualquier tipo de suciedad, y eso tiene consecuencias nefastas. Las campañas de previsión deben ser una unidad, todo el objetivo debe ser ese: prevenir. Todo lo que facilite la legalización es nefasto, y el modelo del alcohol es trágico. Pero es muy difícil prohibir a los jóvenes si los adultos consumen de forma brutal causando continuos problemas y desgracias. Si los modelos sociales son tóxicos, no se les puede pedir a los jóvenes que se cuiden.
El cannabis no es inocuo

Sin comentarios por ser suficientemente ilustrativa, transcribimos a continuación la Tabla 4: Complicaciones médicas del consumo de cannabis, publicada en el año 2008, en el libro “Consenso de la Sociedad Española de Psiquiatría sobre el consumo de cannabis”:
Obstrucción leve crónica de las vías aéreas; bronquitis; faringitis; senusitis; ulceraciones del epitelio y fibrosis puntuales; metaplasia de células escamosas e hiperplasia de células basales; infiltrados locales de macrófagos alrededor de los bronquios; infiltración linfocitaria de los alvéolos; enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Además, pueden producir “psicosis cannábicas” o favorecer el desencadenamiento de cuadros psiquiátricos premórbidos a una psicosis independiente de la cannábica, como podría ser una esquizofrenia.
Al igual que el tabaco común, el consumo crónico de marihuana puede ser el origen de diferentes formas de impotencia e infertilidad, habiéndose descrito un descenso significativo en el número y movilidad de los espermatozoides. Al respecto y como suele ocurrir con estas “substancias psico-neuro-bio-socio-tóxicas”, en las primeras etapas del consumo de marihuana, el usuario siente que se facilita su actividad sexual por la desinhibición, sociabilidad y extroversión que le provoca fumarla -o sea un efecto tipo alcohol-, pero su consumo crónico produce una importante sedación que interfiere con la actividad sexual.
Respecto a las funciones cognitivas, la marihuana, al inhibir la liberación de acetilcolina disminuye el aprendizaje y la memoria. Aunque existen evidencias de que el consumo de tabaco, alcohol, cocaína, e inclusive heroína, es superior entre los consumidores de marihuana que entre los que no los usan, no están aún bien estudiadas las interrelaciones e interacciones entre tabaco y marihuana, siendo tan común la tendencia a mezclarlas y a fumar compulsivamente tabaco cuando les falta marihuana, aunque se explica esta conducta por presentar ambas acciones dopaminérgicas.
Hay que romper con el “síndrome de negación” que se ha instalado sobre esta ingenua disociación patológica: “tabaco-malo”, “marihuana-buena”. Las actividades narcopublicitarias de las empresas del “narcocomercio” siguen demostrando ser más eficientes que las de los ministerios de Salud Pública y de Educación.

http://www.noticiasyprotagonistas.com/noticias/27921-modelos-toxicos/

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