miércoles, 10 de agosto de 2011

Argentina: Dejar de fumar, una necesidad para estar sanos

Argentina: Dejar de fumar, una necesidad para estar sanos Apoyo psicológico y terapia farmacológica son claves para ganarle al hábito. La adicción afecta más a los sectores vulnerables de la sociedad.
Fuente: lavoz.com.ar Autor: Josefina Edelstein

Considerada una epidemia de alcance global con tasas alarmantes de mortalidad, que en los próximos 20 años produciría 8,3 millones de muertes en el planeta, el control del tabaquismo a través del perfeccionamiento de tratamientos para dejar de fumar y leyes regulatorias moviliza en forma creciente a la medicina y a los estados.
Según estimaciones, en el mundo hay 1,25 billón de adictos al tabaco, de los cuales ocho millones son argentinos, lo que habla de casi un 30 por ciento de la población adulta del país sujeta a un vicio que produce 40 mil muertes prematuras anuales y cuyas afecciones, aun las mortales, se engullen el 15 por ciento del gasto en salud. Los costos son altísimos tanto en padecimientos como en dinero.
Según lo debatido en el Sexto Congreso Argentino Tabaco o Salud que se desarrolló en Córdoba la semana pasada, el tabaquismo debe ser atacado en un movimiento de pinzas: por un flanco, con leyes y normativas que restrinjan el hábito en lugares públicos; y por el otro, con terapias eficaces para sacar a la gente que lo desee del vicio.
Uno de las autoridades mundiales convocadas para el congreso fue el especialista español, Carlos Jiménez Ruiz, director de la Unidad Especializada en Tabaquismo de la Comunidad de Madrid, quien sostiene que, desde la farmacología, la terapia de reemplazo de nicotina es la más efectiva.
“Es la medicación de la que tenemos más experiencia porque fue la primera que existió. Y tal vez su aporte más importante sea la seguridad de uso, porque los efectos adversos son escasísimos y siempre locales. Si se utiliza un parche de nicotina puede aparecer en un 10 por ciento de los casos un poco de irritación en la zona de la piel donde se coloca, y si se utiliza un chicle de nicotina o un comprimido de nicotina en un cinco o diez por ciento de las personas pueden aparecer irritaciones leves en la laringe que desaparecen muy rápidamente”, asegura Jiménez Ruiz.
Compromiso estatal. Del mismo modo, y como la estrategia es envolvente, el especialista considera que las leyes son un aporte valioso para controlar el flagelo. “Una ley completa es aquella que, además de proteger la salud del no fumador del humo del tabaco, promueve también la salud del fumador y lo ayuda. Esa es la verdadera ley que se necesita en cualquier lugar del mundo y España todavía no la tiene”, afirma.
“En España teníamos desde 2005 una ley reguladora del consumo de tabaco en lugares públicos muy blanda y, por esa razón, las compañías tabacaleras querían que se imitara esa regulación en otros países de Europa. Se dejaba a los dueños de bares y restaurantes elegir si serían para fumadores o no, y lo que ocurrió fue que el 99 por ciento eran para fumadores. Pero en enero de este año la norma cambió y no se puede fumar en ninguno, y todo el mundo sigue yendo a los bares sin problemas”, agrega Jiménez Ruiz.
Para el médico español, rescatar fumadores es una empresa que requiere de “la creación de recursos sanitarios especializados en el tratamiento del tabaquismo” y también “medidas que permitan el acceso de los fumadores a las terapias contra el tabaquismo, con campañas de financiación de esos tratamientos y planes de cofinanciación entre el fumador y las obras sociales”.
Equidad por la salud. Estas últimas recomendaciones de Jiménez Ruiz responden a otro dato no menor del flagelo: su relación con la pobreza, ya que la mayor proporción de fumadores está entre los sectores más pobres del mundo.
Bartolomé Lungo, presidente del congreso e integrante de la Alianza Libre de Humo Argentina (Aliar), considera que esta característica del problema obedece a “la falta de información, de educación, a la situación marginal, el no estar incluidos. El vicio se transmite de generación en generación”.
Lungo explica que “la ley provincial 9.113 incluye el programa de control y prevención del tabaquismo, y el programa de cesación tabáquica que es gratuito”, y que funciona en el viejo Hospital San Roque.
“Lo único que no da el Estado cordobés es la medicación y creo que en parte se tendría que hacer cargo”, indica Lungo.
“Lo que hay que trabajar en Córdoba es la inclusión de los productos derivados de la nicotina para terapia de reemplazo, que son de venta libre y que son caros: parches, caramelos, chicles y el spray nasal, que son métodos complementarios de apoyo para manejar el fenómeno de abstinencia”, considera.
Por su parte, Fernando Nápoli, experto universitario en tabaquismo y promotor del Programa Provincial Permanente de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo de Córdoba, Ley 9.113, informa que Apross está cubriendo el 40 por ciento de los medicamentos y también ha hecho convenios con algunos gremios para hacer campañas preventivas y detectar grupos de riesgo para cubrir el 100 por ciento de fármacos.
“Creo que el tabaquismo está afectando a las clases sociales más deprimidas, más necesitadas. Por lo tanto la puesta en marcha de campañas dirigidas en especial a estos grupos es una actividad social y sanitaria muy importante, es contribuir a que exista auténtica equidad en una determinada población”, finaliza el español.
Los datos son concluyentes en cuanto a la inequidad socioeconómica: el 70 por ciento de las muertes por tabaquismo en los próximos 20 años ocurrirán en el Tercer Mundo.

http://www.lasdrogas.info/index.php?op=InfoNoticia&idNoticia=28744

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