Farmaceutica Beatriz Goyheneche

Centro de Información de Medicamentos (CENIME)
Facultad de Farmacia y Bioquímica. UBA.
El alcohol etílico, etanol o alcohol propiamente dicho es una de las sustancias psicoactivas más consumidas en el mundo industrializado; es fundamentalmente un depresor de la transmisión nerviosa en el sistema nervioso central, que a dosis moderadas actúa como ansiolítico y a dosis excesivas predominan las alteraciones del rendimiento psicomotor.
A los pacientes que reciben una terapia medicamentosa, generalmente se les recomienda no ingerir alcohol, ya sea por la reducción de la eficacia de la medicación o los efectos adversos potenciales que pueden ocurrir.
El efecto del consumo del alcohol sobre los fármacos es diferente cuando el consumo es agudo o crónico, de manera tal que es necesario conocer el metabolismo del mismo en ambos casos.

Metabolismo del alcohol:

El etanol es una molécula pequeña y poco polar que atraviesa bien las membranas biológicas. Una vez ingerido se absorbe por difusión pasiva a nivel del estómago (20-25 %), y el resto en el intestino delgado (75-80 %). Es muy hidrosoluble y difunde rápidamente. El pico máximo se alcanza a la hora aproximadamente. La presencia de alimentos retarda la absorción.
Entre el 90 y el 98 % del etanol ingerido es oxidado a acetaldehido en el hígado, principalmente por la enzima alcohol deshidrogenasa. El acetaldehído es convertido por la aldehído deshidrogenasa a acetil coenzima A, que luego es oxidada a CO2 y agua, ó es utilizado en la síntesis de colesterol y otros constituyentes tisulares. El etanol puede ser también metabolizado a acetaldehído por las oxidasas microsomales hepáticas de función mixta. Este complejo enzimático presenta cinética de orden uno y es autoinducible, siendo responsable de la mayor parte de las interacciones medicamentosas que se observan con el etanol. La contribución a esta vía es pequeña pero se incrementa cuando la concentración sanguínea es alta.
La edad, sexo y factores genéticos (acetiladores rápidos/ lentos) influyen en el tipo de metabolismo y de esta manera en la respuesta individual al etanol. El metabolismo del etanol dependerá también de la integridad de los sistemas enzimáticos que son más activos en bebedores habituales. El incremento de los niveles de acetaldehído, la depleción de glutation y de S-adenosilmetionina interviene en la formación de radicales libres y la consiguiente citotoxicidad, llegando a situaciones de cirrosis hepática en bebedores crónicos donde estará disminuída la función hepática y por lo tanto la biotransformación.
El etanol puede interferir en los efectos de las drogas metabolizadas por las enzimas microsomales hepáticas. El tipo de interacción depende si el consumo de etanol es agudo o crónico. La ingesta aguda de alcohol inhibe el metabolismo de drogas por competición con las enzimas microsomales con un aumento de la concentración de las mismas ( benzodiacepinas, fenobarbital, fenitoína, clorpromazina ciclosporina ). Por el contrario, el consumo regular de grandes cantidades de alcohol, induce a las enzimas microsomales hepáticas y puede incrementarse el metabolismo de las drogas que se administran concomitantemente, disminuyendo su actividad (warfarina, paracetamol, antidiabéticos orales, rifampicina).

Interacciones más comunes:

PARACETAMOL
En los bebedores crónicos se incrementa el riesgo de sufrir daño hepático con dosis moderadas de paracetamol. El etanol puede inducir las enzimas que convierten al paracetamol en un metabolito hepatotóxico (N-acetil-benzoquinoneimina). En condiciones normales, este metabolito es inactivado por reacción con los grupos sulfidrilos del glutation hepático reducido y posteriormente eliminado por la orina como conjugado con cisteína y ácido mercaptúrico. Si la velocidad de formación de este metabolito excede la síntesis de glutation hepático, este reacciona en forma covalente con aminoácidos de enzimas y proteínas hepáticas.
ASPIRINA
A los pacientes que consumen aspirina con alcohol se les advierte de la posibilidad de empeorar la irritación gastrointestinal.
ANTICOAGULANTES
El consumo de alcohol en forma aguda, aun en cantidades moderadas, potencia la acción de anticoagulantes cumarínicos, por inhibición competitiva de las enzimas de metabolización hepática. En alcohólicos el tiempo de vida media de la warfarina se reduce debido a la inducción de las enzimas microsomales hepáticas. La recomendación en los pacientes anticoagulados es evitar el consumo de alcohol.
ANTIEPILÉPTICOS
En las personas que consumen alcohol en forma prolongada se puede acelerar su biotransformación por inducción enzimática disminuyendo su acción anticonvulsivante (ej fenitoína).
INHIBIDORES DE LA MONOAMINOOXIDASA
Pueden presentarse reacciones hipertensivas debido al contenido de tiramina de algunas bebidas alcohólicas. Esto sucede porque la tiramina no es metabolizada por la monoaminooxidasa que se encuentra inhibida. Se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas, bebidas de bajo contenido alcohólico, e incluso cervezas libres de alcohol debido al contenido de tiramina.
DISULFIRAM, AGENTES TIPO DISULFIRAM
El disulfiram inhibe la oxidación del acetaldehído, como producto de esta inhibición los pacientes presentan una serie de efectos adversos tales como rubor facial, dolor de cabeza, hipotensión, palpitaciones, taquicardia, náuseas y vómitos, que comienzan entre 10 y 15 minutos luego de la ingesta de alcohol y dura varias horas (reacción disulfiram) . De manera tal que esta droga se utiliza en pacientes alcohólicos ya que por la aparición de estos efectos, la persona evita el consumo de alcohol.
El metronidazol como el disulfiram inhibe la aldehído deshidrogenasa y causa acumulación de acetaldehído en el cuerpo. La reacción es más severa, con altas dosis de metronidazol y alcohol ingerido. Estas interacciones han ocurrido en mujeres que utilizan metronidazol vaginal aunque es poco común. Los pacientes no deberían tomar alcohol mientras reciben metronidazol e incluso 48 horas después de terminar el tratamiento.
Estas reacciones tipo disulfiram , también ocurren con algunas cefalosporinas (ej,. cefamandol), furazolidona, griseofulvina, ketoconazol y clorpropamida . Los pacientes deberían abstenerse de tomar alcohol mientras estén utilizando estos medicamentos e incluso hasta 72 horas luego de terminar el tratamiento (en pacientes con insuficiencia renal una semana)
DEPRESORES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
La acción del alcohol sobre el sistema nervioso central, pueden sumarse a los efectos de otras drogas tales como hipnóticos, ansiolíticos, analgésicos opioides, antidepresivos, antipsicóticos, anticonvulsivantes, anti-histamínicos. La interacción dependerá de la dosis de la droga y del consumo de alcohol. Los pacientes deben ser advertidos acerca de estas posibles interacciones y como podría afectarlos ( ej. somnolencia, falta de concentración, disminución de habilidades para determinadas tareas)
En alcohólicos crónicos por inducción enzimática, el metabolismo de muchas drogas, sobre todo los barbitúricos, puede estar acelerado y dar lugar a fenómenos de tolerancia.
ANTITUBERCULOSOS
El metabolismo de la isoniazida puede exagerarse en el alcohólico crónico y disminuir su acción antituberculosa
COMPUESTOS TRICÍCLICOS
El aumento de la sedación, la inhibición de la motilidad intestinal y los cambios en el contenido graso del hígado son la consecuencia de esta interacción. La habilidad para manejar u operar máquinas puede estar disminuida. Los pacientes pueden mostrar desorden de conducta inusual, especialmente en los primeros días de tratamiento. Se debe advertir el no consumir alcohol.
AGENTES HIPOGLUCEMIANTES ORALES
la ingestión aguda de alcohol puede exagerar la hipoglucemia producida por dichas drogas. En general los pacientes diabéticos deben no consumirlo o hacerlo de manera moderada. Deben tener en cuenta además el valor calórico del alcohol en sus dietas. El consumo agudo de alcohol en los pacientes que utilizan metformina incrementa el riesgo de acidosis láctica. En los pacientes alcohólicos, hay una inducción de las enzimas microsomales hepáticas y una reducción de la vida media, acelerando el metabolismo del hipoglucemiante y disminuyendo su acción. La clorpropamida es capaz de provocar una reacción disulfiram cuando se ingiere con alcohol.

Bibliografía:


  • Farmacología Humana Tercera Edición Florez J. Editorial Masson Barcelona España, 2001 cap 33 pág 574-577
  • A manual of Adverse Drugs Interaccions Fifth Edition J.P. Griffin P.F. D’arcy Ed . Elsevier Netherlands, 1997 cap 14 pág 563- 571
  • Las Bases Farmacológicas de la Terapéutica novena edición Goodman & Gilman Mc Graw- Hill Interamerican México, 1996 vol I cap.17 pág 411-418
  • Farmacología Experimental y Clínica Séptima Edición Litter M. Editorial El Ateneo. Buenos Aires, Argentina, 1986 cap 8 pág 187-199
 http://www.sometracomahue.org.ar/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=33:interacciones-entre-medicamentos-y-alcohol&catid=19:dengue&Itemid=60