lunes, 21 de enero de 2013

A los 17 años, ya hay chicos en Alcohólicos Anónimos
 
Tradicionalmente se acercaban a la institución grupos de personas de 50 años, pero hoy ya es común ver menores de 20. La mezcla con drogas, el principal problema.

Por Mariana Israel

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La Sedronar ya lo había advertido en 2011 en una encuesta entre estudiantes de 13 a 17 años: alrededor de la mitad de los participantes bebía con frecuencia y un cuarto se había emborrachado al menos una vez en el último mes. La realidad muestra que los jóvenes empiezan a tomar alcohol cada vez más temprano y, también, se vuelven adictos en forma más precoz. En Alcohólicos Anónimos (AA) comfirmaron que ya reciben jóvenes veinteañeros con una carrera de alcoholismo detrás. “Hace diez años que viene bajando el promedio de edad en los grupos de apoyo”, describió Raúl Corda, miembro de la institución. Javier Honorio Pueyrredón, médico clínico y miembro de la junta directiva de AA, lleva años lamentándose por este tema. “En los inicios de la asociación, se acercaban personas de 50 años, varones principalmente. Hoy vemos jóvenes de ambos sexos, de 22 años y también adolescentes varones de 17 o 18”, reportó. “Los menores de 20 por lo general son traídos por los familiares o amigos. En cambio, los mayores vienen porque se dieron cuenta de que su vida se volvió ingobernable”, dijo.

Agregó otro dato: la mayoría son “cruzados”. Así se conoce a quienes cargan con una doble adicción: al alcohol y a las drogas. A veces, se los deriva a Narcóticos Anónimos pero muchas otras se los ayuda en AA ya que se comprobó que quienes dejan la bebida también se alejan de otros vicios. Los padres suelen ser conscientes de los malos hábitos de sus hijos, pero muchas veces naturalizan el consumo de bebidas alcohólicas sin advertir los peligros.
 

 
Riesgos. “Bajate rápido la botella que tenemos que irnos”, debe ser la frase más escuchada en las previas. Los chicos se juntan a tomar en casas particulares, en la playa o en la calle antes de entrar al boliche (ver recuadro). Beben mucho en poco tiempo. El alcohol en los adolescentes genera graves problemas de salud: mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), hemorragias digestivas e intoxicaciones graves, que pueden llevar al coma alcohólico con verdadero riesgo de muerte. “Se pueden morir por tomar tanto en poco tiempo, porque no llegan a metabolizar el alcohol. Hacen un pico de hipertensión o de hipotensión, que puede causarles una aneurisma cerebral”, explicó Pueyrredón.

Las mezclas de bebidas blancas con energizantes o con drogas son los cócteles más peligrosos, porque impiden el sueño: “Si el chico sólo toma alcohol, se queda dormido y deja de beber. Pero, para aguantar toda la noche, suelen recurrir a energizantes y drogas. El chico despierto que sigue tomando llega en coma alcohólico al hospital”, sintetizó el especialista. Se sabe que el alcohol suele ser la puerta de entrada a otros consumos. “Lo más elegido es la combinación con marihuana”, señaló Mirta Borrás, toxicóloga del Hospital Fernández. Otro de los riesgos es que las chicas “toman mucho sin comer, por el mito que dice que el alcohol fija las grasas” y “esto hace que tengan menos tolerancia”.

Nuevas investigaciones demuestran que los daños que provoca el alcohol al cerebro de los adolescentes son peores de lo que se creía y más significativos que las lesiones al cerebro adulto. Altera las funciones cognitivas y el hipocampo, una zona crucial para la memoria y el aprendizaje. Además, hay chicos que empiezan a beber a los 12 años, cuando “el hígado es inmaduro y es mayor la vulnerabilidad del organismo en desarrollo”, agregó Borrás.

“Una sola borrachera puede llevar a la muerte”, enfatizó la jefa de Toxicología del Hospital Ludovica, Ana María Girardelli. Detalló que la mayor parte de los adolescentes toma fernet, una bebida que tiene 45 grados de alcohol, una altísima concentración que lleva a la ebriedad con poco consumo. Los fines de semana se disparan las consultas por intoxicaciones con alcohol en las guardias de los hospitales. “Esos días veo más casos en chicas y chicos por igual”, afirmó Verónica Torres, toxicóloga del Hospital Universitario Austral.

Para Pueyrredón, el consumo de los adolescentes es un problema social: “A veces, no tienen incentivos: no trabajan, no van al colegio, ¿qué hacen entonces? Beben. Como sus padres y sus abuelos”. Borrás resaltó la importancia de la prevención desde la infancia: junto con Torres, conducen talleres en los colegios e integran el grupo de trabajo de adolescencia y adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría. “Hay que prevenir desde el consultorio del pediatra, detectando familias de riesgo, y desde las escuelas. Aumentar los vínculos de confianza intrafamiliares también es esencial”, expresaron. En seis a ocho meses de abstinencia, el alcohol desaparece del cuerpo. Se borran sus rastros de la piel, del riñón y del hígado. Más difícil es recuperar los años perdidos. “Perdí veinte años de mi vida. Fui una madre ausente. Fracasé como esposa, como hija, como mujer, como madre”, relató Alcira G., miembro de AA. Enfrentar la pérdida es doloroso, pero posible. Salir adelante también.

“No hay que naturalizar el consumo”

El jueves pasado se realizó en Mar del Plata el Congreso para Padres, impulsado por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y la Fundación Proyecto Padres, a cargo de Adrián Dall’Asta. ¿El objetivo? Promover el diálogo entre los padres y sus hijos sobre los peligros del consumo de alcohol. El ministro provincial, Alejandro Collia, dio un discurso en el cual afirmó que los controles estatales no son ni serán nunca suficientes si no cuentan con el compromiso de los familiares para prevenir el abuso del alcohol entre los adolescentes. Reconoció que el ministerio observa con preocupación que muchos padres naturalicen el consumo, cuando los datos oficiales revelan que un tercio de las intoxicaciones asistidas en hospitales provinciales es motivado por el alcohol y que, en gran medida, los afectados son jóvenes.

Durante enero se hicieron siete precongresos para padres en Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell, Monte Hermoso y Necochea. No se habló solamente de alcoholy adicciones; también se tocaron temas como la vida nocturna, la falta de comunicación y el uso irresponsable de las nuevas tecnologías.

Diario Perfil - 20/01/13

http://www.inversorsalud.com.ar/i210113-a.htm#Tendencias que preocupa 

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