sábado, 29 de septiembre de 2012

Familia y Adicciones

La familia es una parte importante en la comprensión, intervención y manejo clínico de las adicciones, por lo que es necesario que se involucre. Como resultado del proceso adictivo las relaciones, la comunicación y la conducta de los miembros de la familia de un adicto cambian y se hacen disfuncionales, produciendo codependencia y facilitando la conducta adictiva.

¿Qué es la codependencia? Es un sistema de conductas y pensamientos disfuncionales que, buscando controlar al adicto, en realidad apoyan al desarrollo de la adicción. Puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con el adicto: familiar, amigo, compañero, pareja, cliente, etc.
Las relaciones familiares y la comunicación se van haciendo cada vez más disfuncionales, debido a que el sistema familiar se va enfermando progresivamente. La comunicación se hace más confusa e indirecta, de modo que es más fácil encubrir y justificar la conducta del adicto. Esta disfunción se va convirtiendo en el estilo de vida familiar y produciendo, en muchos casos, el aislamiento de la familia de los contactos sociales cotidianos. Las reglas familiares se vuelven confusas, rígidas e injustas para sus miembros, así como los roles de cada miembro familiar que se van distorsionando. Los niños van formando su carácter codependiente, que puede facilitar el desarrollo de adicciones o de relaciones enfermas en el futuro.
El Triángulo del Drama. La mayoría de las familias de un adicto tiene tres posiciones básicas que interactúan entre sí para mantener la disfunción o el juego:
1.- Victima: Se percibe a sí mismo como víctima de la situación y de las personas a su alrededor. Culpabiliza a los demás de sus problemas y es incapaz de responsabilizarse por sus actos. Para comunicarse usa mucho la manipulación por el sentimiento de culpa. Es el rol preferido de los adictos, pero puede practicarlo por un codependiente también.
2.- Perseguidor: Está convencido de que es necesario controlar y someter al adicto, por lo que actúa buscando disciplinar o controlar la conducta que considera inadecuada o intolerable. Usa generalmente la agresión para comunicarse, muchas veces contra el adicto y el codependiente rescatador, a quien culpa de la conducta del adicto.
3.- Rescatador: Se impone la tarea de proteger al adicto de las consecuencias de su adicción y asume responsabilidades por el adicto, interponiéndose entre cualquier persona que sea agresiva con el adicto. Al "robarle" constantemente las crisis al adicto, le quita la capacidad de aprender de las consecuencias de sus actos. El rescatador alimenta en su interior un profundo temor de el adicto colapse si no se lo ayuda.

Centro NAIM
Fuente: www.adicciones.org

 http://www.infopico.com/social/11848-familia-y-adicciones

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