domingo, 22 de agosto de 2010

El alcohol sigue sin freno en las “previas” adolescentes

El alcohol sigue sin freno en las “previas” adolescentes
22/08/10
Pese a los controles, consiguen bebidas con facilidad. A 9 meses de la sanción de la Ley de Nocturnidad en la provincia de Buenos Aires, aumentaron las inspecciones, pero no alcanzan. En un año se clausuraron 869 comercios y sólo se hicieron 20 multas.
PorFabián Debesa LA PLATA. CORRESPONSALIA

Por las grietas que dejan las restricciones, las prohibiciones y los límites impuestos por ley, se filtran litros y litros de alcohol que terminan en las manos de jóvenes y adolescentes. El caso de la chica de 14 años que terminó esta semana en coma alcohólico después de una previa en Vicente López puso en foco la permeabilidad de los controles y la cadena de responsabilidades entre comerciantes, empresarios y los padres.
Una recorrida de Clarín por la noche de San Miguel, Lomas de Zamora, Temperley, Quilmes, Ramos Mejía, Morón, Vicente López, Monte Grande y Adrogué permitió detectar violaciones a las leyes de nocturnidad, irregularidades y trampas para eludir las restricciones a la venta de alcohol a menores impuestas hace nueve meses por el Gobierno provincial.
El sistema de controles presenta fisuras en algunos eslabones de la cadena de vigilancia estatal. Fallas en el sistema: sólo 20 de las 869 clausuras realizadas en casi un año tuvieron condena. El 98% de los responsables de las irregularidades quedaron impunes.
Un mini ejército de casi 250 agentes provinciales y municipales recorren cada fin de semana bares, confiterías, boliches y comercios. Pero no alcanza. Si el régimen hubiese funcionado, tal vez el boliche Gótica Club, donde la adolescente de 14 años ingresó a bailar alcoholizada, no estaría habilitado. Lo clausuraron dos veces y los expedientes quedaron cajoneados en el despacho del Juez de Paz de Vicente López.
Otras falencias son más profundas: funcionarios y especialistas admiten que solo el Estado no puede modificar esta tendencia al descontrol. “Necesita colaboración de la familia, los empresarios y los comerciantes”, dice a Clarín el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Baldomero Alvarez.
“Hoy comenzamos temprano en un recital. Ahora viene la previa en alguna panchería, y después a bailar”, relata Sergio Vedia (23) en la zona de boliches de San Miguel. Es viernes a la madrugada. Mara Rosetti (22) se prepara para una noche larga. “En los boliches, el límite de ingreso se cumple, pero antes de cerrar la barra hacen promociones por los altoparlantes para que la gente aproveche a comprar de a cinco tragos juntos”.
La ley de nocturnidad establece que los boliches deben permitir el ingreso de los jóvenes hasta las 2 de la mañana y tienen que cerrar a las 5.30. A las 4.30 las barras deben dejar de vender alcohol. Y no se puede comprar bebidas alcohólicas en quioscos y otros comercios después de las 21.
“Las leyes son un acuerdo de partes y hay que cumplirlas para lograr convivencia social. Pero lo que ocurrió con esa chica de Vicente López está relacionado con la ausencia de los padres”, afirma a Clarín el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre.
Nicolás recorre la avenida Gaona, en Ramos Meja, con un contingente de amigos que festejan un cumpleaños: “Después de las 3, quisimos entrar a Pinar (de Rocha) y no pudimos. Entonces fuimos a un 24 horas a tomar frizze. Nos cobraron 28 pesos a cada uno”, admitió el pibe. Cerca de allí, en el bar Enjoy, una barra de jóvenes consiguió entrar después de la hora permitida. “Nos dejó pasar un tarjetero que arregló con los custodios. Por 20 pesos entramos con una consumición”, relató Nicolás, al final de una intensa noche.
En Adrogué, la otra punta del conurbano, Daniela Materati (16) se apura para entrar a La diosa Gaia: “Con mis amigas siempre venimos acá porque no te piden documentos y en la barra te venden alcohol sin problemas”.
“El alcohol es la puerta de ingreso a otras drogas”, sostiene Gabriela Torres, Subsecretaria de Atención a las Adicciones. En el último año, el alcoholismo pasó al primer lugar entre los motivos de ingreso a los programas de tratamiento. Los excesos también dejan registro en los hospitales públicos. Según una encuesta permanente que realiza el ministerio de Salud bonaerense, cada fin de semana más de 150 personas son atendidas en las guardias por consumo excesivo. Representa el 20% de las atenciones de emergencia. Mónica Malchiodi, directora del Gandulfo de Lomas de Zamora, asegura: “En promedio atendemos cuatro chicos alcoholizados por fin de semana. Tres por mes, son por coma alcohólico”.
El caso de la chica de Vicente López fue impactante. Pero no es el único.
Dónde pedir ayuda
Para denunciar la venta de alcohol a menores: 0800-222-7322. Y en el 0800-222-5462 brindan orientación gratuita sobre adicciones las 24 hs.
En Capital, crecen las intoxicaciones
Durante 2009, en el Servicio de Toxicología del Hospital Fernández se atendieron por guardia más del doble de intoxicaciones agudas que en 2008 (hace dos años fueron 187; el año pasado, 390). El dato es aún más alarmante si se piensa que abarca a chicos y adolescentes de entre 11 y 20 años. Si se cree que estas intoxicaciones son por abuso de drogas ilegales, se está en un error: el 44% son por consumo abusivo de alcohol y por mezclarlo con psicofármacos.
¿Qué se hace en la Ciudad de Buenos Aires para evitarlo? La Agencia Gubernamental de Control realiza operativos de jueves a domingo. Según sus voceros, están haciendo un promedio de 8 clausuras por fin de semana “sólo por venta de alcohol fuera de horario y a menores de edad”.
Colaboraron: Zonales de Clarín

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/titulo_0_321567987.html


Límites
22/08/10
PorDiana Baccaro
Los límites marcan una frontera, un borde contenedor, y se construyen día a día. No se imponen. Aristóteles observó que una norma no es tal cuando se la promulga, sino cuando, porque se la cumple, termina por encarnarse en la sociedad bajo la forma de hábito colectivo. Los límites al consumo de alcohol figuran en la ley, pero sólo imperan sobre el papel. No es justo culpar únicamente a los funcionarios (aunque hay motivos: ¿Cómo se explica que hubo 869 infracciones y apenas 20 multas?). También son responsables los comerciantes que sólo conocen el límite que marca la caja registradora. Y los padres que fallan en la preparación de los cimientos sobre el cual se levanta, ladrillo a ladrillo, el proceso de construcción del límite.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Limites_0_321567990.html


Crónica de una noche de fiesta con clausura policial
22/08/10
PorMariano Roa


POLICIA. LLEGO Y CLAUSURO LA FIESTA POR VENTA DE ALCOHOL. A MENORES.

A LA COMISARIA. CUATRO ADOLESCENTES QUEDARON DEMORADOS.

LISTA DE PRECIOS. ELABORADA POR MENORES, EN EL CLUB DE AJEDREZ CAOSA.

Vale todo. No hay límites. Ni control. Cualquier patio, predio o salón viene bien. El objetivo: armar un boliche, como sea. No importa –siquiera– si hay salidas de emergencia. Son adolescentes que van desde los 14 años a los 18. Se convocan a través de Internet, a la vista de todos. Y para la mayoría, no hay diversión sin alcohol.
Las fiestas se hacen en lugares insólitos. Centros de jubilados, clubes de barrio, bibliotecas públicas o, como ayer a la madrugada, en una escuela de ajedrez, el CAOSA –Club Amistad Olivos Social Atlético, en R. Gutiérrez 1345–. El viernes a la noche, Clarín salió a recorrer la zona Norte del conurbano. El lugar de partida fue la puerta de la Municipalidad de Vicente López, Ricardo Gutiérrez y Maipú, a cuatro cuadras de la comisaría, en el corazón más paquete de Olivos. No hubo que moverse demasiado. En las propias escalinatas del Palacio Comunal, cerca de la 1, y pegado a una garita de seguridad de la propia Municipalidad, unos treinta menores fuman y toman del pico, en botellas de licor de chocolate, menta y Gancia. La previa es en la vía pública.
“Venimos a la fiesta de Richie. Nos enteramos por Facebook y Twitter. La entrada, por Internet, cuesta $ 10. Pagando en la puerta sale $ 15. Estamos haciendo la previa en la puerta de la Municipalidad. Arrancamos hace dos horas y nos quedan dos botellas. Cuando las terminamos, nos metemos en lo de Richie”, cuenta Julián Muñoz, quien junto a Ignacio Inaebnit, son los únicos del grupo que tiene 18 años.
¿Dónde compraron el alcohol? “No te hagas el tonto, periodista de Clarín . ¿En qué país vivís? Esta botella (de Gancia) la acabo de comprar en un quiosco de Libertador. Los comerciantes nos ponen las botellas en bolsas y nos dicen que no la abramos en la puerta. Todo piola”, balbucea Federico (15), del colegio La Salle, en Florida, mientras trata de prender un habano que, según él, también le vendieron en el quiosco. A su lado, sentada en el cordón, está Cinthia: “Otros chicos fueron a buscar una botella de vodka, para mezclar con naranja. Creo que fueron a un bar de Maipú, cerca de Paraná. Son casi las 2.30 y ese pibe re fachero del delivery, que nos trajo cerveza, speed y fernet, no atiende su celular después de las 2”.
Lo de Richie es una fiesta que organizaron los alumnos de la escuela privada Ricardo Gutiérrez. “Estamos juntando plata para el viaje de egresados. No es la primera vez. Alquilamos el salón del club en $ 400 y ya recaudamos 4 veces más. Además, falta sumar la plata de la barra, que deja más plata que las entradas”, cuenta Pablo, de pelo corto, bien prolijo, que se encarga del botín más preciado: la caja de aluminio donde los estudiantes del Gutiérrez guardan la plata de las entradas.
Adentro, la barra, que es atendida por chicos de no más de 16 años, ofrece cigarrillos sueltos a $ 0.50, vino con Fanta, a $ 4 y Fernet con cola, a $ 6. Afuera, la cola de chicos tratando de entrar daba la vuelta en la esquina. “Qué menor ni menor loco. Nací en el ’88 y tengo 22 años. Mirá gato que tengo documento”, torea desde la fila, y ante la consulta de Clarín , un chico con cara de no haber cumplido los 17. El DNI está bastante bien hecho, pero trucho. ¿Cómo lo conseguiste? “Lo compramos vieja. ¿Sos periodista o policía?, salta Marcos, un chiquilín lleno de rulos. Todo termina cuando llega la Policía y gente de la Dirección de Inspecciones de la Municipalidad. “Vamos a clausurar la fiesta porque no tienen habilitación, hay menores y se les está vendiendo alcohol”, dice Javier Cantero. Y se llevan a cuatro menores alcoholizados a la comisaría 1° de Olivos para que vayan a buscarlos sus padres.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Cronica-noche-fiesta-clausura-policial_0_321567989.html

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