martes, 16 de junio de 2009

En el laberinto - Una historia para contar en capítulos

A modo de introducción
Desde hace un tiempo, he querido dar a conocer lo que significó y significa una vida con complicaciones, difícil, por momentos dolorosa, muy dura, de quién ha transitado por los caminos del consumo de sustancias psicoactivas.
Ha sido también una vida de aventuras, de fantasías, de contradicciones, de un especial personaje dentro de un momento histórico, político, social donde los argentinos, con nuestra idiosincracia que el gran escritor Eduardo Mallea describió como "una pasión inútil", hemos transitado.
Este argentino, nuestro personaje, muchas veces teniendo en cuenta que los caminos del consumo de drogas legales o ilegales (según él) es una "estrategia de falsificación", de escapismo, de soporte al agobio, la ha comentado conmigo como similar a los caminos que ha transitado nuestro país, con las distintas administraciones, distintos gobiernos, con las distintas herencias y culturas. Interesante.
Me ha dicho varias veces: "Ernesto, nuestra cultura política junto a tantos políticos de cuarta, da malestar, hace mal, es tóxica"; "y muchos adoptamos un símil, copiamos, nos drogamos...."
Me ha querido demostrar que su angustia existencial formó y forma parte de una especie de resistencia a las encrucijadas permanentes en que lo ha puesto (y a todos ) las deficientes administraciones políticas de distinto signo a lo largo de los años, y que él ha sido un producto de tantas dificultades.......y pese a todo, ha "triunfado en su vida", una vida complicadísima.
Una idea original porque esta basada en superar permanentemente el desaliento y en la búsqueda de satisfacciones, en esa "pasión inútil" que le ha hecho mucho daño en el consumo de tanto tiempo, pese a que él no lo entiende así, es más da como ejemplo a Maradona, diciendo "se la tomó toda y fijate que está mejor que todos nosotros juntos......"
Nuestro personaje, Eduardo, ha estado, como él dice, con Alicia en el País de las Maravillas, en ese mundo del consumo, y desde hace un tiempo me ha transformado en una especie de confesor, así que junto a él he descendido a sus infiernos y también a sus "paraísos" en nuestras semi cotidianas reuniones, en casa, en su casa, en un café, en una caminata larga o corta, y he creído conveniente dar a conocer estas confesiones, en el laberinto de una vida, una historia que debe hacernos reflexionar.
Asi comienza esta historia, que espero se pueda aprovechar.
Capítulo 1
Conocí a Eduardo en una discusión, en el Banco Provincia, en Olivos, hace mas o menos 20 años.
Enérgico, irónico, simpático, hizo todo un discurso de intolerancia a la mediocridad del sistema bancario, de estar harto de una cola larga de clientes que tienen que esperar a que los empleados bancarios los atiendan adecuadamente y no como lo hacían en ese momento, los llamó bancarios de cuarta, etc. etc. y fue invitado a dejar esa institución por uniformados o custodios del banco.
Recuerdo que llamó a una "resistencia civil" a lo Gandhi frente a los "malvados" bancarios.........
La segunda oportunidad en que lo ví, fué en una fiesta de amigos, donde dió una larga charla sobre el futbol, y que este deporte era el "somnífero" argentino más potente, ya que hacía "dormir"necesarias alternativas que necesitaba el país. En esa oportunidad estuvimos hablando por primera vez, y recuerdo vagamente que le pareció muy interesantes mis estudios en la Universidad, en la carrera de demografía, le parecía notable que alguien quisiera estudiar a la población. Ya en esa oportunidad, consumía grandes cantidades de alcohol, y en tono de burla decía que Alcoholicos Anónimos iba a tener en él un caso muy especial. En ese momento tenía una pareja, una joven muy agradable, a la que me pareció que no trataba bién. Eduardo no pasaba desapercibido, parecía buscar ser eje, ser centro, y pese a su joven edad, demostraba una cultura y conocimientos notables. Nos acercó a casa en esa oportunidad, manejaba él, y pese a que había consumido mucho alcohol, no conducía mal, si estaba verborrágico, y era ya en ese momento intolerante con el gobierno de turno, pero dándonos una clase sobre democracia en 4 ruedas, realmente brillante.
Mucho tiempo después, supimos que luego de dejarnos a nosotros, chocó, violentamente en esa madrugada, y la agradable joven que lo acompañaba murió. Un karma en su vida. Me contó hace un tiempo que quería mucho a esa joven, a Gabriela.
Pasó un tiempo, que no se precisar, y vuelvo a encontrarme con Eduardo en un café de Libertador, donde ya era gerente de una empresa, ligada a su familia. En esa oportunidad, se mostró agudo, brillante, apasionado y me contó que estaba preparando un viaje, en un velero por el Atlántico, hasta Centroamérica.
Quedamos en encontrarnos a su regreso, en su casa o en la mía para hablar de demografía, y de mi interés sobre las adicciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario