sábado, 8 de agosto de 2009

Drogas: una defensa tan peligrosa como sospechosa



Drogas: una defensa tan peligrosa como sospechosa
07/08/09 En Diputados, el jefe de Gabinete de ministros y un ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación volvieron a defender el libre consumo de drogas, y dejaron entrever que los estupefacientes deben tener precios accesibles a fin de que aún los sectores más humildes puedan consumirlos.
Aníbal Fernández y Eugenio Zaffaroni expusieron ayer en la Primera Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas realizada en el Salón Auditorio del Anexo de la Cámara de Diputados. El jefe de Gabinete cuestionó a quienes reclaman que se castigue a los consumidores. “No hay que agarrarse con los ‘perejiles’, no podemos criminalizar al adicto”, dijo el funcionario y agregó: “Hablamos claramente de la situación de no criminalizar al adicto, pero no estamos hablando de facilitar nada”. Antes, al arribar al lugar, Fernández había hablado con la prensa, ante la cual señaló que “hay que dar una lucha despiadada contra el narcotráfico y sus formas de financiamiento” para luego enviar un claro mensaje a la Corte Suprema. “Le pido a Zaffaroni que se tape las orejas, pero mentiría si no digo que esperamos casi con impaciencia un fallo muy importante, un fallo que no va a despenalizar nada, en el mejor de los casos va a elaborar la inconstitucionalidad del castigo penal a un usuario privado”, puntualizó, y agregó que ese eventual fallo sería “muy importante para nosotros, sería una guía hacia un objetivo que perseguimos”. Sin embargo, Fernández, que durante toda la gestión de Néstor Kirchner y hasta hace poco más de un mes fue ministro de Seguridad y Justicia, nada dijo sobre por qué, si está tan convencido de que hay que combatir al narcotráfico, en la Argentina de los últimos años se ha incrementado tanto la producción y venta de drogas de todo tipo, incluidas las sintéticas. El ministro no explicó cómo es que la “lucha despiadada” que se supone que el Gobierno desarrolla en contra de los narcos da tan pocos resultados. No dio detalles sobre lo que se supone está haciendo el Estado –a nivel sanitario- para lograr que los adictos abandonen las drogas y para evitar que surjan adictos nuevos. Nada dijo Fernández sobre la proliferación del paco ni sobre la evidente complicidad policial sin cuya existencia sería imposible que alguien vendiera drogas a la luz del día y en plena calle sin ser detenido y castigado. Y en cuanto a atacar “las formas de financiamiento” del narcotráfico, el ministro olvidó que hace apenas unos meses el mismo gobierno al que él pertenece dispuso un blanqueo de capitales tan benévolo que puede ser aprovechado por cualquiera sin ningún tipo de riesgo. También por los narcotraficantes. Por su parte, el ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni –que tuvo una exposición accidentada, tanto que calificó de “histérica” a una mujer a la cual le parece que drogarse está mal- también defendió enfáticamente la libertad para consumir drogas. Mucho menos tolerante con algunas personas del público que con el consumo de estupefacientes, Zaffaroni empezó a ser abucheado tan pronto como comenzó a hablar. Madres de jóvenes consumidores de paco presentes en el lugar le reprocharon de viva voz cuando expresó que hace 30 años que viene sosteniendo lo que dice en relación a la despenalización del consumo de estupefacientes. “Es una razón jurídica, una razón de política criminal, no podemos derrochar esfuerzos en la persecución del consumidor, cuando debemos combatir al narcotraficante”. Las mujeres –que finalmente fueron sacadas del lugar a la fuerza por expreso pedido del juez supremo- no podían entender ni menos admitir que un ministro de la Corte considere un “derroche de esfuerzos” el evitar que sus hijos consuman una droga que terminará matándolos. El ministro insistió en que “hay que combatir el tráfico y la entrada del paco cambia totalmente el panorama”, y reiteró que “no podemos estar perdiendo el tiempo persiguiendo al adicto Zaffaroni dijo también que “pretender convertir un problema de salud en un problema penal es no resolverlo” y señaló que “eso es lo que se ha venido haciendo en política de drogas a nivel mundial”. Llamativamente preocupado por el precio que a su criterio deben tener los estupefacientes, afirmó que “prohibir tóxicos no tiene un criterio de salud sino económico” pues, según él “genera mayores precios y mayor rentabilidad”. Justificadamente hombre de culto para jueces y abogados de todo el país, profesor de profesores, el doctor Zaffaroni no llegó a explicar por qué si vender drogas es un delito, no lo es comprarlas (si alguien vende un auto robado y quien lo adquiere conoce su procedencia, no hay un delincuente, sino dos. ¿Por qué con las drogas debe ser diferente?). El ministro, que durante largo tiempo fue juez de menores, no aclaró si su amplio y tolerante criterio para con las drogas abarca a los niños y adolescentes abandonados que aspiran pegamento y se drogan con todo lo que pueden ante la dócil mirada de la policía en estaciones de trenes y de subtes. Y tampoco dijo si esa pasividad policial forma parte de su idea de “no perseguir al adicto” por más que ese adicto sea un niño y termine por destruir su propia vida. Tanto Zaffaroni como Fernández realizaron una defensa a ultranza del libre consumo, que se torna peligrosa y sospechosa porque se realiza en un momento en el cual las drogas parecen estar ganándole la batalla a la salud y a la libertad de miles de argentinos. Ante los ojos de todos y sin que nadie haga nada.


Fuente: http://www.ncn.com.ar/08/noticiad.php?n=4276&sec=1&ssec=&s=noticiad

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