miércoles, 15 de julio de 2009

Lo que nos venía diciendo la OIT sobre adicciones en el trabajo


El abuso de sustancias en el trabajo


Los sectores público y privado se alían contra el consumo de bebidas y drogas en el lugar de trabajoEn la actualidad, el abuso de drogas y alcohol en el trabajo afecta a todos los países con independencia de su grado de desarrollo, genera costes económicos y de tiempo a las empresas y pone en peligro a los trabajadores consumidores y a sus compañeros. Recientemente, en un intento por poner coto al problema, representantes del sector privado se reunieron en Suecia con los de organismos del sector público, incluida la OIT, para debatir esta cuestión.Del 9 al 12 de mayo, 200 representantes de trabajadores, gobiernos y empresas en su mayoría europeos se reunieron en Sundsvall, Suecia, para intentar derribar el muro de silencio levantado ante el problema del abuso de sustancias en el trabajo. Elaboraron planes para integrar su prevención en los programas de calidad y seguridad en el lugar de trabajo, ampliar los servicios de apoyo destinados a los empleadores, crear redes entre las empresas, mejorar la cooperación entre éstas y la comunidad y promover la colaboración con los centros docentes.La "Cuarta Conferencia Internacional del Sector Privado sobre las Drogas en el Lugar de Trabajo y la Comunidad" forma parte de una serie de reuniones propuestas hace seis años y organizadas conjuntamente por la OIT, el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de las Drogas (PNUFID), el Consejo Sueco para el Tratamiento de las Cuestiones Relativas al Alcohol y los Narcóticos (ALNA) y la alianza Sundsvall de los sectores público y privado en Suecia.Los estudios indican que entre el 20 y el 25 por ciento de los accidentes en el lugar de trabajo y en torno al 30 por ciento de los fallecimientos vinculados a la actividad laboral están relacionados con el consumo de drogas y alcohol. Incluso las pequeñas cantidades ingeridas horas antes de iniciar la jornada resultan peligrosas. En un estudio efectuado en Estados Unidos, varios pilotos de línea aérea utilizaron un simulador en tres condiciones de influencia del alcohol. Antes de beber, sólo un 10 por ciento no consiguió ejecutar todas las operaciones con corrección. Con una concentración de alcohol en sangre de 0,10/100 ml, la proporción se disparó hasta el 89 por ciento. Catorce horas más tarde, período de tiempo en el que el alcohol había abandonado su organismo, un 68 por ciento de los pilotos siguió cometiendo errores.Los participantes se mostraron de acuerdo respecto al hecho de que la presión ejercida por los compañeros es fundamental para reducir el abuso de sustancias en el trabajo y decidieron proponer la creación de una red de corporaciones que faciliten la puesta en común de información y la prestación de apoyo. "El sector privado puede ayudarnos a ayudarles", señaló Behrouz Shahandeh, consejero de la OIT en materia de drogas y alcohol. "Ellos saben lo que tiene importancia para la alta dirección de las empresas. Los compañeros pueden lograr que las cosas cambien mejor que los asesores."Estableciendo sus propias relaciones y manteniéndose en contacto tras la reunión, las empresas pueden desarrollar los recursos que necesitan y evitar solicitar ayuda de la administración. Los participantes convinieron asimismo en ayudar a introducir en los programas de formación de directivos cuestiones relativas al abuso de drogas y alcohol.Los costes El abuso de drogas y alcohol en el trabajo es peligroso y provoca deterioro del rendimiento, absentismo, accidentes e, incluso, la muerte. Además, cuesta dinero. Los estudios indican que en Estados Unidos, por ejemplo, los incidentes relacionados con el consumo de alcohol cuestan a la economía unos 100.000 millones de dólares al año, incluidos los 77.000 millones correspondientes a la pérdida de productividad.Los consumidores de este tipo de sustancias solicitan prestaciones por enfermedad en una proporción hasta tres veces superior a la media y presentan un número de demandas en este sentido cinco veces superior al del resto de los trabajadores. Su absentismo es de dos a tres veces mayor. Además, un estudio efectuado en General Motors puso de manifiesto que los empleados que utilizaban drogas tenían 40 días de baja por enfermedad al año, frente a los 4,5 de los no consumidores.A las repercusiones económicas deben añadirse los costes humanos: el deterioro de la salud, la pérdida del empleo, los problemas familiares, los efectos sobre los niños y la violencia doméstica. En las familias más desfavorecidas, la carga puede ser aún mayor, ya que los ingresos imprescindibles para costear la alimentación y la vivienda se desvían al pago de bebidas y drogas. En los casos extremos, el abuso de sustancias puede obligar a los niños a trabajar, ya que éstos deben asumir el papel de sostén de la familia si sus padres pierden el empleo.La reunión se centró en el abuso de sustancias en Europa, donde la ingestión de alcohol es un hábito profundamente enraizado en la sociedad y el consumo de drogas en general, y de anfetaminas en especial, aumenta. En Sundsvall, sede de la conferencia, la administración local, las fuerzas sindicales y las empresas han aunado sus fuerzas con el fin de prevenir el consumo de estas sustancias en el trabajo y ayudar a los trabajadores rehabilitados a reincorporarse a sus puestos. En los Países Bajos, los problemas relacionados con el alcohol, las drogas y los fármacos deben incluirse en los inventarios de riesgos empresariales. Otros países como Bélgica y España han promulgado leyes que implican a los trabajadores y a los servicios de prevención en la evaluación de los riesgos en el trabajo. En muchos países, la venta de alcohol en el lugar de trabajo ha sido restringida, aunque rara vez se prohíbe.En cambio, un reciente estudio efectuado en Bélgica puso de relieve que más del 60% de las empresas carecía de una política formal respecto al consumo de drogas y alcohol. Los resultados de una encuesta realizada entre más de 400 compañías francesas con más de 50 empleados indican que un 70% de las empresas no ha formulado políticas específicas de actuación en los casos de consumo de alcohol. En Portugal, sólo algunas empresas han desarrollado políticas en este sentido, mientras que en Grecia no se ha registrado ningún caso.¿Bendita ignorancia? A pesar de su gravedad, algunas empresas siguen optando por obviar la cuestión. Niegan su existencia y continúan haciéndose cargo de los gastos que genera. "A menudo es una cuestión de imagen", señala el Sr. Shahandeh. En su opinión, es posible que, externamente, se considere que las compañías que aplican programas de prevención del consumo de drogas y alcohol tienen un problema, y sus productos podrían ponerse en cuestión. En algunos casos, los propios responsables de la toma de decisiones consumen estas sustancias, lo que dificulta la adopción de las medidas necesarias.La mayoría de los expertos convienen en que la solución para el abuso de sustancias es la acción temprana. La prevención permite abordar el problema antes de su consolidación. En Ontario, Canadá, una ampliación de los programas de salud y asistencia destinados al conjunto de los trabajadores dio lugar a la reducción del consumo de alcohol en un 19% y de los casos de cirrosis y fallecimientos en un 33%. Los resultados en materia de rehabilitación son igualmente extraordinarios. En un estudio efectuado en Ohio, Estados Unidos, el tratamiento redujo el absentismo en un 91%, el número de problemas con supervisores en un 88%, los errores en el trabajo en un 93% y las lesiones profesionales en un 97%.El marco para la puesta en marcha de iniciativas de prevención y rehabilitación ya existe. El Repertorio de recomendaciones prácticas 1 de la OIT, adoptado en 1995, contiene consejos prácticos destinados a aquéllos que se ocupan de abordar los problemas relacionados con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo. Insta a los empleadores y los trabajadores a desarrollar políticas conjuntamente y a definir el abuso de sustancias como un problema de salud que requiere tratamiento como otras enfermedades, recomienda la consideración de este problema en prácticas de gestión de mayor alcance y esboza la ética aplicable a la sanción de los consumidores de alcohol y drogas.A mayor escala, en la Declaración de UN sobre los principios rectores para la reducción de la demanda de drogas 2, adoptada en 1998, se destaca la importancia de contar con la participación en el debate de todas las partes interesadas: sector privado, administración, ONG, organizaciones de empleadores y de trabajadores, padres, personal docente, profesionales de la salud y grupos juveniles y comunitarios.- Leyla Alyanak para Trabajo.* * * * * 1 The ILO Code of Practice on the Management of Alcohol- and Drug-related issues in the Workplace. OIT, 1996, ISBN 92-2-109455-3. (Disponible asimismo en francés y en español).2 Declaración de NU sobre principios rectores para la reducción de la demanda de drogas, adoptada por la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicada a contrarrestar conjuntamente el problema de la droga en el mundo, 8 a 10 de junio de 1998.(http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inf/magazine/30/news.htm)

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