¿Adicto a los fármacos?
domingo, 26 de septiembre de 2010
El adicto a los fármacos es parecido al alcohólico anónimo; nunca reconoce su adicción La adicción a las drogas por prescripción facultativa se está convirtiendo en un grave problema de salud que tiende a aumentar en lugar de decrecer, según el National Institute on Drug Abuse (NIDA). A principios de 1980 este organismo estimó que el número de mujeres adictas a pastillas recetadas podía ser de dos millones. Actualmente sobrepasa los 9 millones.
Una extensa gama de circunstancias que puede ir desde la pérdida de un ser querido hasta las presiones de la vida moderna, indican a un profesional médico la necesidad de recetar algún medicamento, generalmente una píldora, cada cierto tiempo. Es una práctica normal para aliviar una situación. El problema se presenta cuando el paciente excede la dosis o reduce el tiempo entre una y otra.
Actualmente existen decenas de fármacos para aliviar el nerviosismo, las tensiones, los dolores, y para inducir al sueño.
"El tiempo para que el cuerpo libere la reacción química de cada píldora es diferente. El paciente deberá seguir las instrucciones de su médico para que el medicamento resulte seguro", dice el farmacéutico Dr. Juan Álvarez. "Además, el cuerpo se acostumbra a ellos".
De acuerdo con NIDA muchas personas, especialmente mujeres, están en peligro de convertirse en adictas a pastillas con receta médica, sin ser conscientes de ello.
El New York Hospital -Cornelle Medical Center en Manhathan realizó hace unos años un estudio a través de un canal privado de televisión obteniendo 420 puntos de vista acerca de los hábitos de la gente para aliviar el nerviosismo.
El 43 por ciento respondió que ellos o miembros de la familia o amigos cercanos eran adictos a las pastillas. Un por ciento no determinado de estos supuestamente también las mezclaban con alcohol.
¿Cuál es exactamente el criterio usado para definir la adicción? De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría, los dos factores son tolerancia y dependencia física. El vocablo tolerancia se aplica a la necesidad de aumentar la dosis para poder conseguir su efecto original. La dependencia física denota el estado de la adaptación psicológica del cuerpo a la presencia de la droga.
Dejar de tomarla repentinamente puede llevar a síntomas físicos especialmente asociados con esa droga o pastilla. Los síntomas dependen de la misma droga, el nivel de la dosis y duración del uso. La gama va desde temblores medianos hasta convulsiones.
De acuerdo con psiquiatras entrevistados, la mayoría de las personas que requieren sus servicios siguen un tratamiento sin complicaciones, pero muchos pacientes se encuentran mezclando las medicinas en un intento de balancear el efecto de sus drogas. El último paso es olvidar cuál y qué cantidad han tomado y terminar ingiriendo una dosis excesiva.
Cuando la víctima acaba en una sala de emergencias, la sobredosis es generalmente atribuida a una enfermedad emocional en vez de al hecho de que la misma adicción es la culpable.
La psiquiatra Hilda Ugalde señala algunas de las causas de la adicción a las drogas recetadas.
"La mujer de hoy está compelida a salir de la casa y todavía ser la esposa y madre ideal. El trabajo que hace no siempre es satisfactorio y económicamente bien remunerado. Los hombres, por otra parte, no solamente están bajo continua presión económica sino que se pueden sentir infelices y no realizados en su trabajo. A menudo, por su limitada educación académica", señala Ugalde.
"Resolver el problema requiere apoyo médico y también emocional", agrega.
Las adicciones a las pastillas y/o al alcohol tienen una cosa en común: la persona experimenta una sensación de soledad y se encierra en ella misma. Según la psiquiatra, nunca se debe subestimar el poder de la enfermedad: los adictos necesitan toda clase de ayuda. Una vez que se cree que el problema está bajo control, está patinando en un terreno muy débil.
Alcanzar una pastilla se ha convertido en un reflejo en la vida de muchas personas y a menudo representa para ellas una seguridad.
El problema comienza sencillamente: Estoy nerviosa", dice la mujer y echa mano a una píldora para calmarse. "Estoy tenso. Necesito un trago", manifiesta el hombre.
Después, ella toma una o dos píldoras, siempre que algo la inquieta, y él necesita un trago para calmarse.
Pero la mayoría de las personas que actúan de esta manera no se consideran adictas. (Contactomagazine.com)
domingo, 26 de septiembre de 2010
El adicto a los fármacos es parecido al alcohólico anónimo; nunca reconoce su adicción La adicción a las drogas por prescripción facultativa se está convirtiendo en un grave problema de salud que tiende a aumentar en lugar de decrecer, según el National Institute on Drug Abuse (NIDA). A principios de 1980 este organismo estimó que el número de mujeres adictas a pastillas recetadas podía ser de dos millones. Actualmente sobrepasa los 9 millones.
Una extensa gama de circunstancias que puede ir desde la pérdida de un ser querido hasta las presiones de la vida moderna, indican a un profesional médico la necesidad de recetar algún medicamento, generalmente una píldora, cada cierto tiempo. Es una práctica normal para aliviar una situación. El problema se presenta cuando el paciente excede la dosis o reduce el tiempo entre una y otra.
Actualmente existen decenas de fármacos para aliviar el nerviosismo, las tensiones, los dolores, y para inducir al sueño.
"El tiempo para que el cuerpo libere la reacción química de cada píldora es diferente. El paciente deberá seguir las instrucciones de su médico para que el medicamento resulte seguro", dice el farmacéutico Dr. Juan Álvarez. "Además, el cuerpo se acostumbra a ellos".
De acuerdo con NIDA muchas personas, especialmente mujeres, están en peligro de convertirse en adictas a pastillas con receta médica, sin ser conscientes de ello.
El New York Hospital -Cornelle Medical Center en Manhathan realizó hace unos años un estudio a través de un canal privado de televisión obteniendo 420 puntos de vista acerca de los hábitos de la gente para aliviar el nerviosismo.
El 43 por ciento respondió que ellos o miembros de la familia o amigos cercanos eran adictos a las pastillas. Un por ciento no determinado de estos supuestamente también las mezclaban con alcohol.
¿Cuál es exactamente el criterio usado para definir la adicción? De acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría, los dos factores son tolerancia y dependencia física. El vocablo tolerancia se aplica a la necesidad de aumentar la dosis para poder conseguir su efecto original. La dependencia física denota el estado de la adaptación psicológica del cuerpo a la presencia de la droga.
Dejar de tomarla repentinamente puede llevar a síntomas físicos especialmente asociados con esa droga o pastilla. Los síntomas dependen de la misma droga, el nivel de la dosis y duración del uso. La gama va desde temblores medianos hasta convulsiones.
De acuerdo con psiquiatras entrevistados, la mayoría de las personas que requieren sus servicios siguen un tratamiento sin complicaciones, pero muchos pacientes se encuentran mezclando las medicinas en un intento de balancear el efecto de sus drogas. El último paso es olvidar cuál y qué cantidad han tomado y terminar ingiriendo una dosis excesiva.
Cuando la víctima acaba en una sala de emergencias, la sobredosis es generalmente atribuida a una enfermedad emocional en vez de al hecho de que la misma adicción es la culpable.
La psiquiatra Hilda Ugalde señala algunas de las causas de la adicción a las drogas recetadas.
"La mujer de hoy está compelida a salir de la casa y todavía ser la esposa y madre ideal. El trabajo que hace no siempre es satisfactorio y económicamente bien remunerado. Los hombres, por otra parte, no solamente están bajo continua presión económica sino que se pueden sentir infelices y no realizados en su trabajo. A menudo, por su limitada educación académica", señala Ugalde.
"Resolver el problema requiere apoyo médico y también emocional", agrega.
Las adicciones a las pastillas y/o al alcohol tienen una cosa en común: la persona experimenta una sensación de soledad y se encierra en ella misma. Según la psiquiatra, nunca se debe subestimar el poder de la enfermedad: los adictos necesitan toda clase de ayuda. Una vez que se cree que el problema está bajo control, está patinando en un terreno muy débil.
Alcanzar una pastilla se ha convertido en un reflejo en la vida de muchas personas y a menudo representa para ellas una seguridad.
El problema comienza sencillamente: Estoy nerviosa", dice la mujer y echa mano a una píldora para calmarse. "Estoy tenso. Necesito un trago", manifiesta el hombre.
Después, ella toma una o dos píldoras, siempre que algo la inquieta, y él necesita un trago para calmarse.
Pero la mayoría de las personas que actúan de esta manera no se consideran adictas. (Contactomagazine.com)
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