viernes, 10 de septiembre de 2010

No está bien visto ser adicto al trabajo

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No está bien visto ser adicto al trabajo
Los workaholics suelen provocar conflictos laborales
Domingo 15 de agosto de 2010 Publicado en edición impresa


Leonel García El País/GDA
MONTEVIDEO.- El horario laboral de Karina es de ocho horas, pero ella misma lo extiende a casi quince. Acepta tareas que no son inherentes a su cargo como coordinadora de un centro educativo. Delega trabajo, pero controla todo lo que hacen ella y sus subalternos. Ha ido a trabajar enferma. Su umbral de tolerancia a las vacaciones no supera los cuatro o cinco días. En casa no termina de desenchufarse: revisa los mails y hasta lleva la laptop a la mesa familiar. Aun así, dice que disfruta mucho lo que hace. "Me da una adrenalina especial", afirma.
El término inglés workaholic fue utilizado por primera vez en 1971. Como cuadro clínico, su nacimiento es muy reciente, hasta tal punto que no está incluido en el DSM IV, algo así como la Biblia de la psiquiatría. Otros conceptos como laborodependencia o trabajólicos son aún posteriores. A diferencia de otras adicciones, como al alcohol o las drogas, la contracción excesiva al trabajo era considerada aceptable, plausible y digna de elogio. La psicoterapeuta canadiense Barbara Killinger la calificó como "una dependencia respetable". Pero es un comportamiento que puede resultar nocivo para la persona y su propio ámbito laboral. "A través del trabajo, la persona siente que ejerce poder, trata de controlar todo lo que le rodea y, además, niega que sea una adicción", dice la psicóloga laboral y docente Carolina Moll.
La fachada respetable de esta adicción hace que muchos se confundan con una persona cumplidora con su trabajo. No es lo mismo. "Una persona comprometida con su tarea piensa así: «Tengo un objetivo laboral y lo voy a cumplir, en tiempo y forma, según lo que me solicitan»", dice Geraldine Delfino, gerente del área de Selección de Personal de PricewaterhouseCoopers (PWC) Uruguay. El trabajólico , en cambio, "va a hacer más de la cuenta o le va a dedicar más tiempo que el necesario".
¿Existe un perfil del laborodependiente? El psiquiatra Fredy da Silva dice que puede influir la baja autoestima o un sentimiento de desvalorización que busca ser compensado por la búsqueda de éxito y poder. "También se ve en casos de individuos muy competitivos, con necesidad de reconocimiento social y que gustan de exhibir sus logros".
Los especialistas coinciden en que los casos más frecuentes se dan en hombres entre 30 a 45 años y que tienen cargos de jerarquía. Esto puede llegar a ser un factor de problemas: un jefe workaholic suele exigir a sus sufridos subalternos tanta contracción al trabajo como él, y su vida social también gira en torno de su ocupación, arrastrando a su familia en esa obsesión. En el hogar suele funcionar un segundo escritorio. "A nivel familiar, estos casos suelen terminar en divorcios (siempre y cuando estén casados), porque son individuos de una gran soledad afectiva", agrega Da Silva.
En España, investigaciones recientes revelan que un adicto al trabajo termina resultando un gran problema para las empresas. "Si bien al principio puede caer muy bien entre sus compañeros porque siempre está dispuesto a dar una mano -dice la psicóloga laboral Carolina Moll-, al final será una persona conflictiva: le cuesta mucho delegar porque considera que nadie hace el trabajo mejor que él. O, directamente, tiene una conducta narcisista."
Sostiene que el momento óptimo para intervenir profesionalmente con un adicto al trabajo es cuando queda desempleado. "Recién cuando queda fuera de este mundo puede hacer un clic y darse cuenta de hacia adónde va su vida." Un motivo por el cual el workaholic puede caer en la cuenta de que necesita ayuda son las complicaciones médicas, resultado de su excesiva contracción al trabajo. CIFRAS
El 20% de los trabajadores de Japón son adictos al trabajo. Se trata del país del mundo donde esta problemática está más extendida. Algunos expertos dicen que trabajar más que esa cantidad de horas a la semana puede generar adicción. Según la OIT, el 8% de los empleados trabaja más de 12 horas diarias.
En España diversos estudios ubican la adicción al trabajo entre el 7% y el 12% del mundo laboral.
El área de comunicación (publicidad y periodismo) es considerada como un campo proclive para casos de adictos al trabajo, así como también los médicos, psicólogos y abogados. Aunque los expertos señalan que no hay tarea que pueda considerarse inmune a estos cuadros.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1294509

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