El alcohol y las drogas elevan el riesgo de sufrir accidentes graves
Redacción
sábado, 18 de septiembre de 2010
La seguridad vial en España tiene una asignatura pendiente en cuestión de alcohol, drogas y conducción. Los datos confirman que el riesgo de sufrir accidentes de tráfico, asociados al consumo de dichas sustancias, es muy alto, pero también hay otras cuestiones que son importantes. Nuestra sección de preguntas y respuestas está hoy dedicada a este tema.
1. ¿Cómo afectan el alcohol y las drogas a la conducción?-En general, el consumo de alcohol y drogas aumenta notablemente el riesgo de verse involucrado en un accidente. Respecto a las drogas, los efectos son variados y dependen del tipo, así como de la cantidad ingerida, aunque se puede afirmar que en todos los casos afectan al estado de ánimo (aumento de la disposición a correr riesgos, depresión, agresividad…), e inducen a un comportamiento inconsistente y peligroso en la conducción. Además, el alcohol puede hacer que se confundan y modifiquen bastante todas las percepciones sensoriales provocando problemas de captación, interpretación y reconocimiento correcto de señales u otros vehículos. Por otra parte, el alcohol, como depresor, tiene sus efectos en la fatiga muscular y sensorial haciendo que sea mayor de lo normal, y dando lugar a una disminución de la alerta y la vigilia.
2. ¿Hay relación directa entre efecto y nivel de ingesta?
En el caso del alcohol, el efecto está relacionado. Así, con niveles de 0,5 a 1 gr/l de alcohol en la sangre se produce una disminución de la atención, de la capacidad de tomar decisiones racionales, así como de la paciencia, y un aumento del tiempo de reacción. Para niveles entre 1 y 1,2 gr/l, se observa un aumento dramático del tiempo de reacción, reducción de la capacidad de visión, pérdida de equilibrio y del control de movimientos.Por todo ello, la probabilidad de verse involucrado en un accidente aumenta de manera “ligera” hasta un nivel de 0,3 gr/l (que es el límite legalmente establecido en España). A partir de ahí, el incremento de la peligrosidad es “exponencial”: con 0,7 gr/l, el riesgo de sufrir una accidente de tráfico es más del doble que sin alcohol; con 1 gr/l este riesgo es cinco veces mayor. En el caso particular de los motoristas, 0,5 gr/l de alcohol en la sangre suponen que el riesgo de sufrir un accidente es 40 veces mayor que sin alcohol.
3. ¿Podemos decir que “alcohol y drogas” son factores concurrentes, a tener en cuenta, en los accidentes de tráfico en España?
Entre 2003 y 2008, el número de positivos en controles de alcoholemia ha bajado del 4,2% al 1,8%; sin embargo, la tasa de positivos (analizadas mediante autopsia) en las víctimas mortales de accidentes de tráfico, sólo ha bajado del 37% al 31%. O lo que es lo mismo, en 2008, casi un tercio de las personas fallecidas en accidente de tráfico superaba los límites legales de alcohol. Además, en 2008, el total de positivos entre alcohol, drogas y psicofármacos de las víctimas mortales alcanzó el 40%; de ellos el 27% había consumido algún tipo de droga (sobre todo cocaína). En consecuencia, no parece arriesgado afirmar que alcohol y drogas, por separado o en combinación, son factores concurrentes en la siniestralidad vial en España, que se muestran lo suficientemente relevantes como para buscar una solución urgente y duradera a este problema.
4. ¿Son efectivas, desde un punto de vista preventivo y de concienciación, las campañas de control de alcoholemia?
Las campañas de control –ya sean aleatorias o se anuncien convenientemente–, por sí solas y como medida exclusiva para reducir la siniestralidad vial, no son efectivas. Así lo demuestra el elevado número de positivos (más del 30%) que se obtiene al realizar la autopsia a los conductores fallecidos en accidente de tráfico. Sin embargo, los controles cuando se llevan acabo de manera efectiva y se combinan con campañas divulgativas –sostenidas en el tiempo– de sensibilización son, hoy por hoy, la manera más efectiva de combatir el problema de la conducción bajo los efectos del alcohol. En apoyo de lo anterior, además, desde el punto de vista técnico, existe tecnología que puede exigirse a los conductores reincidentes en este tipo de falta –por ejemplo, la solución conocida como “Alcolock”–.
Por su parte, los controles de alcoholemia, para que sean eficaces han de llevarse a cabo con una frecuencia alta: hay que trasladar al conductor la sensación de que “puede ser cazado”; a juicio de los expertos, mantener esta sensación es mucho más eficaz, desde el punto de vista preventivo, que aumentar (desmesuradamente) el castigo.
5. ¿Hay otros factores que influyen en el riesgo de accidentes entre los los jóvenes, asociados al consumo de alcohol y drogas?
Hay otras circunstancias frecuentes que incrementan ese riesgo: la poca experiencia en la conducción; la conducta desinhibida y el desconocimiento de ciertos datos importantes, como que un “cubata” o una lata de cerveza es suficiente para alcanzar una alcoholemia de 0.3 g/l, que el alcohol se absorbe por el tracto gastrointestinal y su absorción es más rápida con el estomago vacío y se retrasa con la presencia de alimentos, que la concentración de alcohol en sangre está en relación directa con la cantidad de alcohol consumido, que el peso, la constitución de las personas (cantidad de grasa), y el sexo, son factores que influyen en la concentración de alcohol en sangre, alcanzada tras la ingesta del mismo, que las mujeres alcanzan mayores niveles de alcohol en sangre que los hombres a igual peso y cantidad de alcohol consumido, que el alcohol también es una droga, si entendemos por droga cualquier sustancia que introducida en el organismo produce cambios a nivel del sistema nervioso y es susceptible de provocar tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia; el alcohol responde claramente a esta definición.
Fuente: http://www.noticiasdelasrozas.es/content/view/115006/722/
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