1º de Diciembre DIA MUNDIAL

Radiografía del sida en el mundo

Por JULIETA ROFFO

Las estadísticas muestran que los tratamientos rinden cada vez más. Pero la desinformación sigue jugándole en contra a la salud.

23/11/12 

Las cifras son frescas: según un informe difundido el martes por Onusida, el organismo de la ONU dedicado específicamente al seguimiento, la prevención y el tratamiento del VIH, la cantidad de muertes por el virus bajó por quinto año consecutivo. Se registraron en el mundo, en 2011, un total de 34 millones de infectados, 500 mil más que el año anterior; aproximadamente el 10 por ciento de ese total son niños. Ese mismo año, 1,7 millones de personas murieron en todo el mundo por causas relacionadas al virus; un 24 por ciento menos de muertes que en 2005, aunque el número aún exige trabajo para seguir en baja.

Según ese mismo trabajo, en 2011 se registró una declinación del 20 por ciento en relación a 2001 en el número de nuevos infectados. Sin embargo, uno de los problemas que más alertan a los especialistas a cargo de políticas sanitarias, es que el contagio se vincula, en su mayoría, a la desinformación sobre los riesgos de la transmisión sexual: en algunas regiones, especialmente en África, el conocimiento sobre esos peligros es casi nulo y eso dispara la expansión de la epidemia.

¿Qué pasa en Latinoamérica? Onusida informó que el avance del virus se mantiene “estable”. En la región viven 1,4 millones de personas con el virus: son 200 mil más que en 2001, cifra que lleva a la entidad a señalar la estabilidad de la situación, aunque el cercano Caribe sea una de las regiones más afectadas por la epidemia, justo detrás del África subsahariana. Uno de los motivos que más influyó en que en América latina la mortalidad fuera achicándose fue la extensión de las terapias antirretrovirales –que ayudan a que las células del sistema inmunitario puedan resistir durante más tiempo y protejan al organismo de distintas infecciones- en los países de ingresos bajos y medios.

Onusida también ha establecido cifras para la Argentina, donde la Fundación Huésped hace un trabajo exhaustivo para concientizar sobre el VIH y para evitar la discriminación de quienes lo padecen. En el país se calcula que viven entre 120 y 130 mil personas con el virus, y la prevalencia entre personas de 15 y 49 años –la frecuencia con la que se encuentra la enfermedad en la población- es del 0,5 por ciento, cifra que equivale a la hallada, en promedio, en América del Sur. Se calcula que, en ese rango etario, son al menos unas 32 mil las mujeres que sufren la enfermedad, y que han fallecido en la Argentina, a causa del SIDA o las patologías que desencadena, unas 5.400 personas.

Del total de infectados en la Argentina, se calcula que la mitad conoce su condición, y de allí, el 69 por ciento es atentido a través del sistema sanitario público, según el Boletín sobre el VIH-sida difundido en noviembre de 2010 por el ministerio de Salud de la Nación. Este ministerio recibe en los últimos años, información sobre unos 5 mil nuevos casos, mayormente concentrado en los grandes conglomerados urbanos del país: el 70 por ciento de los diagnósticos se concentran en la ciudad de Buenos Aires, y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, y Córdoba; y el 40 por ciento del total se ubica en la capital nacional y en el conurbano bonaerense.

Las últimas cifras revelan que se calcula 1,7 hombres infectados por cada mujer en esa misma condición, y la media de edad de los pacientes es de 35 y 31 años respectivamente. La preocupación que aqueja a Onusida sobre las vías de contagio también aqueja a la Argentina: entre 2007 y 2009, el 88 por ciento de los varones que contrajeron el virus, y el 84 por ciento de las mujeres también infectadas habían adquirido el VIH por mantener relaciones sexuales desprotegidas. Tanto en hombres como mujeres, en el estudio realizado por la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual del ministerio se revela que la mayor concentración de casos se da entre personas que no han completado sus estudios secundarios, y entre los varones, el 48 por ciento de los nuevos casos se desencadenó luego de una relación heterosexual mientras que el 36 ocurrió después de una relación homosexual: esto deja a las claras la idea de que la tristemente apodada “peste rosa” se basa en un prejuicio y no en datos concretos de la realidad.

Se trata de una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud, se ha cobrado la vida de unas 30 millones de personas, con un promedio anual de 1,8 millones. Unos 1.100 niños la contraen por día, aunque en la Argentina la transmisión perinatal se ha reducido casi hasta su mínimo histórico luego de un pico a mediados de la década del 90. Combatir la desinformación y la deserción escolar, dos factores que parecen volverse muy riesgosos, puede ser una buena medida para prevenir una epidemia que avasalla a una parte de la humanidad y que pone a prueba no sólo a la comunidad científica sino también la solidaridad entre quienes comparten su lugar en el mundo.

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