miércoles, 14 de noviembre de 2012

Encadenados al trabajo
La familia, una de las víctimas de la adicción laboral
Jueves, 8 de noviembre de 2012  -  Edición impresa
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No hay diferencia entre hombres y mujeres en el porcentaje de adictos al trabajo, quienes, según expertos, son perjudiciales para las empresas
Laseñora Lavalle tiene tristeza. Tanta, que su marido la acompaña al médico ante el miedo de que esté escondido allí un padecimiento mayor.
El señor, hombre correcto, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, no se explica cómo su mujer, que goza de una vida cómoda y sin limitaciones, puede ser víctima de esos sentimientos de vacío existencial, displacenteros.
-Hace unos días le regalé un auto, acaba de regresar de un viaje que hizo con sus amigas a Europa, tiene de todo, no la limito en nada -dice al terapeuta al finalizar la consulta, mientras mira de reojo el lujoso reloj de pulsera que asoma por la manga de su fina guayabera.
-¡Qué bueno que está en tus manos, doctor! La verdad no entiendo por qué esa insatisfacción. Trabajo día y noche para que a mi familia no le falte nada. Para mí no existen los domingos ni los días de fiesta. Estoy más de 12 horas en la fábrica, voy incluso cuando estoy enfermo o cansado. No paro nunca.
-Bueno, quiero ser franco contigo -le responde el médico-, tu mujer no tiene nada. Tú eres el enfermo. Lo que ella necesita es que le regales flores, que la lleves a cenar. No la hacen feliz viajar sola a Europa ni el dineral ni las joyas que le estás dando para suplir tu ausencia. ¿Por qué no bajas un poco el ritmo, por qué no pasas más tiempo con ella y con tus hijos?
Estado de negación
La historia es real, ocurrió en Mérida hace unos años. El esposo de la señora “Lavalle” trabajaba en forma obsesiva, una adicción legal sin droga cada vez más común, aunque pocos se atrevan a reconocerlo. Lo padece del 6 al 8% de los mexicanos, según investigaciones de la UNAM. En Yucatán, como en las otras adicciones psicosociales, no hay datos, pero se sabe de muchos casos.
“La adicción al trabajo tiene un patrón de conducta similar al de todas las demás adicciones”, explica Xavier Urquiaga Blanco, psiquiatra del Hospital Star Mérida. “El estado de negación en que vive la persona le impide darse cuenta de lo que pasa hasta que su entorno personal entra en crisis. Percibe su comportamiento sólo cuando aumentan los efectos adversos que impregnan su ambiente social. El enfermo niega tener el problema, aunque para todos los demás sea evidente, es como el alcohólico”.
“El trabajo puede crear adicción porque es capaz de producir un placer enorme”, sigue. “El adicto lo convierte en el puntal de su vida y usa a su familia como pretexto: “‘Lo hago para darles bienestar’. ¡Qué ironía, trabajan para su familia, pero nunca la ven…!”, dice el médico.
Hay gente que no se da cuenta que está gastando su vida en el trabajo, que es lo más fácil, pero se está perdiendo lo más importante, que es la familia.
Malabares peligrosos
“A veces hacemos como los malabaristas que mantienen en el aire un montón de platos. Pero el único plato de porcelana que tenemos es el de la familia, los demás son de plástico”, escribe la experta Nuria Chinchilla.
“Sucede que el trabajo es muy rígido y la familia muy comprensiva… hasta que se rompe. Uno no puede darse cuenta de eso hasta que es tarde, hasta que estalla”.
El también llamado “workalcoholic” está permanentemente “de servicio”. El celular, la tableta, la PC son prolongaciones de la oficina. Se conecta cuando está comiendo con la familia los fines de semana e incluso de vacaciones, muchas veces por asuntos no urgentes.
“La relación patológica con el trabajo es difícil de reconocer porque es solapada por una sociedad en la que priman los valores de la productividad, la competitividad, el éxito social y la búsqueda de bienes materiales. Nadie ve mal a las personas volcadas en su trabajo. Son adictos respetables”, destaca Miguel Ángel Viveros, psiquiatra de la Clínica de Las Américas. “Los pacientes sólo piden ayuda médica por presiones de la familia o cuando su adicción deriva en otros males psicológicos o físicos, como estrés o problemas del corazón”.- Mario S. Durán Yabur
Al igual que con las otras adicciones psicosociales, la obsesión laboral no ha sido muy estudiada en México.
de los mexicanos es adicto al trabajo, según un experto de la UNAM.
millones de personas tienen “actitudes laborales tóxicas” en el país.
horas semanales o más en la oficina podrían conducir a la adicción.
de enfermos del corazón de 40 a 45 años de edad son “workalcoholics”.

 http://yucatan.com.mx/temas/exclusivas-central-9/encadenados-al-trabajo/

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