En el campo empresario
Marihuana sin castigo, aspirinas vigiladas
Por Jorge Oviedo
Viernes 11 de setiembre de 2009 Publicado en edición impresa La Nación
Algunas sorpresas más puede deparar la actual conformación del Congreso, si se cumplen todas las intentonas oficiales. Una reverdeció en los últimos días al amparo del escandaloso accionar de un grupo de empresarios que, de ser ciertas las acusaciones, habrían entregado medicamentos falsificados o vendido a pacientes de obras sociales con VIH o cáncer.
Hay voces que salieron a quejarse de que proyectos de ley que supuestamente podrían haber impedido esta clase de manejos "duermen" en el Congreso. Es extraño, porque no parece que haya duda alguna de que lo que se hacía eran delitos de lo más repugnantes y, por otro lado, los contrales funcionaron, a tal punto de que la denuncia la realizó la entonces ministra de Salud. Sorprende, además, ver a los sindicatos más kirchneristas, como camioneros, taxistas y UPCN, en la lista de obras sociales que o bien fueron perjudicadas con la maniobra o bien tenían cómplices entre sus funcionarios.
Pero entre los proyectos de ley en danza hay uno que tiene un activísimo apoyo y promoción del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Es el que prohíbe la venta de medicamentos de venta libre, como aspirinas y digestivos, en sitios que no sean farmacias. Es decir, veda, entre otros, a los supermercados la posibilidad de competir con las farmacias y las cadenas de farmacias y de mantener, por consecuencia, precios más bajos. Es raro que se defienda una ley así porque si se cometió el espantoso y criminal fraude que investiga el juez Oyarbide, se lo hizo con medicamentos supuestamente muy controlados, muy costosos, de venta bajo receta. En la cadena investigada hay droguerías, farmacias y farmacéuticos, además de obras sociales. ¿Qué tiene que ve eso con la posibilidad de comprar analgésicos en una góndola? Hay un discurso confuso que aduce que esta clase de expendio desregulado favorece las adicciones. Es curioso que el mismo Estado que no pena a quienes portan y consumen cualquier clase de sustancia ilegal intente ahora establecer una norma de "protección" según la cual un digestivo efervescente es peligrosísimo si se lo adquiere en el supermercado.
joviedo@lanacion.com.ar
Marihuana sin castigo, aspirinas vigiladas
Por Jorge Oviedo
Viernes 11 de setiembre de 2009 Publicado en edición impresa La Nación
Algunas sorpresas más puede deparar la actual conformación del Congreso, si se cumplen todas las intentonas oficiales. Una reverdeció en los últimos días al amparo del escandaloso accionar de un grupo de empresarios que, de ser ciertas las acusaciones, habrían entregado medicamentos falsificados o vendido a pacientes de obras sociales con VIH o cáncer.
Hay voces que salieron a quejarse de que proyectos de ley que supuestamente podrían haber impedido esta clase de manejos "duermen" en el Congreso. Es extraño, porque no parece que haya duda alguna de que lo que se hacía eran delitos de lo más repugnantes y, por otro lado, los contrales funcionaron, a tal punto de que la denuncia la realizó la entonces ministra de Salud. Sorprende, además, ver a los sindicatos más kirchneristas, como camioneros, taxistas y UPCN, en la lista de obras sociales que o bien fueron perjudicadas con la maniobra o bien tenían cómplices entre sus funcionarios.
Pero entre los proyectos de ley en danza hay uno que tiene un activísimo apoyo y promoción del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Es el que prohíbe la venta de medicamentos de venta libre, como aspirinas y digestivos, en sitios que no sean farmacias. Es decir, veda, entre otros, a los supermercados la posibilidad de competir con las farmacias y las cadenas de farmacias y de mantener, por consecuencia, precios más bajos. Es raro que se defienda una ley así porque si se cometió el espantoso y criminal fraude que investiga el juez Oyarbide, se lo hizo con medicamentos supuestamente muy controlados, muy costosos, de venta bajo receta. En la cadena investigada hay droguerías, farmacias y farmacéuticos, además de obras sociales. ¿Qué tiene que ve eso con la posibilidad de comprar analgésicos en una góndola? Hay un discurso confuso que aduce que esta clase de expendio desregulado favorece las adicciones. Es curioso que el mismo Estado que no pena a quienes portan y consumen cualquier clase de sustancia ilegal intente ahora establecer una norma de "protección" según la cual un digestivo efervescente es peligrosísimo si se lo adquiere en el supermercado.
joviedo@lanacion.com.ar
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