Descontrol a la salida de las discos / Recorrida de LA NACION por la Capital, el conurbano y Mar del Plata
El alcohol reina en la noche de los jóvenes
La diversión de los adolescentes está signada por el consumo de bebidas; hubo más controles, pero no logran frenar el fenómeno
Domingo 6 de setiembre de 2009 Publicado en edición impresa de La Nación Victoria Russo LA NACION
"Sexo, droga y reguetón", gritaba Rodrigo, de 19 años y estudiante de animación digital, en la fila de la discoteca Esperanto, en la avenida Juan B. Justo al 1600. "Es el resumen de la noche perfecta", afirmaba el joven que expulsaba aliento etílico y le costaba mantener el equilibrio. Es que la noche de los jóvenes sigue estando dominada por el alcohol y, en consecuencia, los excesos. A pesar de los controles que LA NACION comprobó que realizaban la Policía Federal, el gobierno porteño y la misma seguridad privada de las discos, los adolescentes cruzan los límites del consumo de bebidas alcohólicas y burlan las medidas de seguridad. Chicos que toman vodka puro entre los arbustos linderos a una disco exclusiva, peleas generadas por las intoxicaciones a la salida de las bailantas, muchachas tambaleándose por las calles del barrio de Palermo. Jóvenes con las pupilas dilatadas a plena luz del día que, según explicó un jefe policial, se debería al posible consumo de drogas. Estos son algunos de los excesos que este diario pudo comprobar en una recorrida realizada en la madrugada de ayer por algunos los centros nocturnos de la Capital. Ante las alarmantes cifras de jóvenes intoxicados por alcohol y drogas durante los fines de semana, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, elaboró un proyecto para limitar el horario de ingreso y cierre de las discotecas y frenar así el recrudecimiento de la violencia nocturna. La propuesta oficial es que los locales nocturnos cierren a las 5.30. Las autoridades del gobierno porteño también debieron contemplar la posibilidad de adoptar la misma normativa. Jorge Becco, presidente de la Cámara de Empresarios de Discotecas y Entretenimientos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Cedeba), expresó su descontento por el proyecto y fundamentó su postura: "Luego de la tragedia de Cromagnon, el gobierno porteño impuso controles muy duros y los locales los cumplen. No sucede lo mismo en la provincia. Me parece que siempre nos quieren estigmatizar y echar la culpa de problemas que son sociales. Los chicos se emborrachan antes de entrar a bailar, porque la mayoría no tienen el poder adquisitivo para hacerlo dentro del local". Becco precisó que "para que las discos cierren a las 5.30 no hay infraestructura de seguridad ni de control, porque los chicos van a salir todos expulsados a la misma hora y eso sí puede generar accidentes viales y un aumento de las peleas callejeras. Con el horario actual, los jóvenes van saliendo paulatinamente de los locales". Crobar, una de las discos más exclusivas de la Capital, convoca a 3200 jóvenes todos los fines de semana, entre ellos, cientos de extranjeros que pagan paquetes de salidas nocturnas y que llegan en ómnibus especialmente alquilados para ellos. "Buenos Aires es uno de los centros nocturnos más conocidos del mundo y eso les interesa mucho a los turistas. Nosotros cumplimos con los controles y si vemos chicos notablemente alcoholizados no los dejamos ingresar", dijo Roberto, uno de los encargados del lugar. En unos arbustos, a pocos metros de la entrada de Crobar, un grupo de tres jóvenes bebían a escondidas de una botella de vidrio, una bebida transparente que parecía ser vodka. Controles estrictos En la puerta de la disco Latino Once, bailanta situada en Ecuador 60, en el barrio de Balvanera, Félix, de 20 años, espera paciente que lo dejen entrar a divertirse: "Para entrar acá nos revisan por todos lados y si estamos borrachos, también nos niegan la entrada", expresó el joven oriundo de la provincia de Santiago del Estero. Su amigo Ariel contó que "las peleas son frecuentes a unas cuadras del local y generalmente son causadas por la ?pica´ que hay entre las provincias", ya que al lugar asisten jóvenes de todas partes del país. A las 4, en el cruce de Rivadavia y Sánchez de Bustamante, a pocos metros de la disco Fantástico, un grupo de al menos diez adolescentes comenzaban a discutir a los gritos, una previa de lo que sería la pelea, que minutos después estalló. Las corridas por la calle Sánchez de Bustamante alarmaron a la policía, que rápidamente intervino y evitó así una gresca. En ese instante, en la puerta de esa disco, un grupo de adolescentes bebía sin control de un bidón plástico de 5 litros una rara mezcla de bebidas alcohólicas: era antesala de otra riña.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1171339&origen=NLTitu
Alcoholemia positiva
En los últimos seis meses se labraron 417 actas
Domingo 6 de setiembre de 2009 Publicado en edición impresa de La Nación
Según el índice de alcoholemia elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) sobre un total de 13.013 operativos realizados durante los últimos seis meses en la Capital, conurbano bonaerense y algunos partidos de la zona balnearia, el porcentaje de controles positivos fue de 3,2 por ciento, lo que implica un total de 417 actas labradas. A simple vista, la cifra puede resultar menor, pero en comparación con otro países, por ejemplo España, el dato local es significativo. Según informó el Observatorio Vial de la ANSV, los operativos de control realizados en 2004 en España arrojaban resultados similares, "pero luego del trabajo de control realizado en estos últimos años, ellos han podido bajar esos índices a valores más aceptables, del 1,9 por ciento", señaló Marcelo Aiello, director del Observatorio Vial. Y agregó: "Conducir bajo los efectos del alcohol multiplica por nueve el riesgo de sufrir un accidente, y se calcula que, aproximadamente, en un tercio de los siniestros mortales, el alcohol estuvo presente". Por su parte, Felipe Rodríguez Laguens, director ejecutivo de la ANSV, afirmó que los datos obtenidos en el relevamiento "ponen de manifiesto que el consumo de alcohol es uno de los problemas más graves que afectan a la seguridad vial".
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1171340
En el sur del conurbano, hubo más quejas que diversión
Dueños de bares y discos criticaron el cierre más temprano de sus locales
Domingo 6 de setiembre de 2009 Publicado en edición impresa de La Nación
Valeria Musse Corresponsalía La Plata LA PLATA.-
"¿Qué le decimos a Daniel Scioli [el gobernador], que nos quiere mandar a dormir temprano?", dijo a los jóvenes de no más de 18 años una voz, a través de un micrófono, en la discoteca Club XXI, en la ciudad bonaerense de Quilmes. La respuesta no dejó lugar a dudas: los silbidos y señales de reprobación musicalizaron el ambiente. Ayer la madrugada y el buen clima invitaba a disfrutar de la velada en la zona céntrica de esta ciudad, uno de los puntos más visitados en el sur de la provincia por los jóvenes. Pero la preocupación por la indiscriminada ingesta de alcohol durante la noche, sobre todo entre los más chicos, estaba siempre presente. "El problema va más allá del alcohol y tiene que ver con la droga", dijo a LA NACION Mario, encargado en un bar irlandés de la zona. Todos los dueños de bares consultados por este diario estuvieron de acuerdo en que, antes de cualquier reglamentación, es necesario ordenar la noche. "Hay que empezar a controlar las habilitaciones", se quejó Guillermo Panebianco, dueño de la disco Buró, donde han llamado "mezcladito" a una jarra en la que se combinan varias bebidas alcohólicas. En Quilmes coexisten tres tipos de lugares de nocturnidad: los bares, las confiterías y las discos. Si bien hace más de 10 años que existe una ordenanza municipal que no permite habilitar más espacios para bailar, en los últimos dos años la moda cambió y en cualquier bar, aun sin el permiso oficial, funciona como disco. Según las fuentes, es en estos lugares donde justamente no hay control y adonde concurren menores de 18 años. Al estacionamiento lindero a Buró, llegó un joven de 21 años. Acompañado por un amigo, tiraba una botella vacía de vino espumante que acababa de bajar de su auto. Panebianco estaba indignado con el proyecto del gobierno bonaerense, que comenzará a ser tratado el próximo martes en la Legislatura, y que dispone, entre otros puntos, que no entren más personas al bar o boliche después de la 1, que las barras dejen de expender a las 4.30 y que el límite para el cierre del lugar sea una hora después. "Son todos inventos ridículos. El tema de los menores pasa por la educación. No podemos decirles a los adultos a qué hora salir a divertirse", enfatizó a LA NACION. Laura Cano, 21 años, habituée de Buró, opinó: "No creo que sea una buena opción que cierren a esa hora porque después los chicos se van a quedar tomando en la calle". Distinto punto de vista tuvo Pablo Castro, de 22, de la vecina localidad de Wilde, que dijo que le parecía bien que se limitara el cierre de las barras y de las discotecas "para evitar un poco el consumo de alcohol y la violencia". LA NACION recorrió temprano los cerca de 33 pubs que en sólo 56 manzanas reciben la visita, los fines de semana, de gente que llega de otras localidades. Pasadas las tres, las luces se volvieron más tenues, pero unos destellos de colores parpadeaban al son de la música, la potencia del sonido tenía más decibeles y las colas de jóvenes que esperaban entrar crecían indiscriminadamente. Comenzaba el baile en los bares. En uno de los locales, la "estrella" de la noche hacía su ingreso. Se trataba del "metrochopp": un recipiente largo que contiene 10 litros de cerveza y que se mantiene frío gracias a una barra de hielo que recorre el envase. Alrededor de las 6.30 todo terminó y el centro de Quilmes, rodeado por botellas y vasos tirados en las veredas. Había pasado otra noche de diversión con mucho alcohol.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1171341
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