viernes, 30 de julio de 2010

Nunca se ha visto tanta droga - Argentina

Nunca se ha visto tanta droga
El operativo policial en el cual fueron secuestrados 1200 kilos de cocaína de alta pureza desnudó una realidad acuciante

Viernes 30 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa La Nación

El consumo de drogas se ha incrementado de manera preocupante en el país. Esto agrava las contingencias de seguridad y de salud pública. Allí donde se las comercializa, la delincuencia se dispara, el abandono escolar aumenta y la salud de los ciudadanos (en especial, la de los jóvenes) se deteriora.

De acuerdo con sus necesidades y las condiciones geográficas, naturales, sociales y políticas de cada país, el narcotráfico se asienta y las utiliza según su conveniencia. Así, determinados países son productores y exportadores de droga, otros son empleados para el tránsito y reexportación de cargamentos ilícitos, y varios más son puntos de venta y comercialización de estupefacientes, meros mercados.

La Argentina fue históricamente considerada un país de tránsito; sin embargo, en los últimos años las condiciones se han modificado. Ya no es un país de tránsito y hoy se evidencian los embates de este problema de manera mucho más directa, sea con presencia cada vez más creciente de espacios para la producción, generación y tráfico de sustancias químicas controladas y de drogas naturales, así como un alarmante incremento en el consumo.

En un reciente procedimiento, la Policía Federal secuestró 1200 kilos de cocaína de alta pureza que se encontraban escondidos en muebles que iban a ser enviados a España. El operativo, denominado "Mudanza Blanca", se llevó a cabo en una empresa mudadora de la localidad bonaerense de Avellaneda. Fue ordenado por el juez en lo penal económico Jorge Brugo, quien admitió que "nunca se vio tanta droga en el país".

Agregó el magistrado: "Si la droga entra y sale con facilidad, hay que aumentar los controles. Se cree que sólo se descubre el 10 por ciento de lo que se trafica, entonces la situación es alarmante". Y más alarmado se mostró por los casi 5000 kilos de cocaína secuestrados en los 15 días que estuvo de turno en el fuero. "En la Argentina entra y sale la droga porque hay más libertad que en otros países", afirmó.

La preocupación del juez Brugo no es para nada exagerada. Las condiciones están dadas para que el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes sea una actividad muy lucrativa y las limitaciones existentes son pocas o, por lo menos, poco efectivas.

Las fronteras argentinas siguen siendo muy permeables a la gran cantidad de droga que ingresa al país, sin que los controles por parte de las fuerzas de seguridad puedan detectarla, a pesar de los esfuerzos que realizan. No cuentan con el personal suficiente ni con la tecnología adecuada. El espacio aéreo tampoco está debidamente controlado, y las pistas y los vuelos clandestinos siguen siendo una herramienta poderosa, utilizada por las organizaciones del crimen organizado, que trabajan con una alta dosis de impunidad.

Estas graves deficiencias podrían reducirse considerablemente si se destinaran los recursos económicos necesarios para, entre otras cuestiones, adquirir equipamiento específico de última generación, brindar una adecuada capacitación y entrenamiento a los integrantes de las fuerzas de seguridad y la compra de radares, que no pueden fabricarse en el país, para tener un completo y adecuado control del espacio aéreo.

Por la manera en que el gobierno nacional ha asignado elevadas partidas presupuestarias para atender otras cuestiones que parecieran interesarle o preocuparle más, no se trataría de falta de recursos, sino de cómo se determinan las prioridades. Por esta razón, no pasa por su mejor momento la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), limitada en su presupuesto y en la ejecución de políticas de Estado.

La diversidad y gravedad de los trastornos que se originan en la sociedad argentina a partir de la expansión que está teniendo el narcotráfico y la amenaza de nuevos peligros debieran ser motivo suficiente para que con la necesidad y urgencia que demanda la cuestión se implemente definitivamente una política de Estado que se ocupe de este tema con la seriedad que merece y termine con este drama que crece sin parar y que ya desborda por todos lados.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1289457

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