domingo, 16 de enero de 2011

La medicalización de la vida cotidiana - (http://www.observatorio.gov.ar/)



La medicalización de la vida cotidiana - (http://www.observatorio.gov.ar/)

Psicofármacos: consumo en jóvenes

El objetivo de la investigación “La medicalización de la vida cotidiana. El consumo indebido de medicamentos psicotrópicos en adultos”, de carácter cualitativo, consistió en indagar las representaciones sociales acerca del consumo de medicamentos psicotrópicos y explorar los patrones de consumo indebido de estos medicamentos en la vida cotidiana de sujetos adultos de sectores medios y bajos.

El proyecto se desarrolló entre enero de 2006 y febrero de 2007 y el trabajo de campo se realizó en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Mar del Plata y Bariloche.

Se realizaron entrevistas a varones y mujeres de distintas franjas etarias que decían realizar un consumo “autorregulado”. Los hallazgos de esta investigación mostraron que los imaginarios y prácticas de consumo “por cuenta propia” de psicotrópicos no se dan de modo homogéneo. Los ciclos vitales, el género y el nivel socioeconómico trazan diferencias significativas.
Nos detendremos en esta oportunidad a analizar las características del consumo en los grupos de jóvenes, en una franja comprendida entre los 18 a 29 años, teniendo en cuenta las particularidades que dentro de este grupo se presentan en cuanto a género y nivel socioeconómico.
Forjar el camino
Este ciclo vital aparece signado por la idea de “forjar el camino”. Se identifican dos grandes grupos cuyas diferencias se fundamentan en el estilo de vida centrado en el desarrollo personal o en el proyecto familiar. Si bien en los dos grupos emerge la idea de preparar el camino, este proyecto se enfoca en espacios diferentes.

Los “jóvenes adolescentes”Uno de los grupos se define por ideales de competencia y rendimiento, aunque con bajo nivel de compromiso. Los “jóvenes adolescentes”tienen un estilo de vida que se apoya en un espacio intermedio entre la individualidad y la dependencia, propio de la adolescencia. Se trata de individuos solteros y de una clase media alta, con estudios terciarios o universitarios, seguidos muchas veces por estudios de posgrado o cursos de actualización y formación continua para la calificación y el desarrollo profesional. El proyecto se inscribe dentro de una idea de realización personal, cuyo eje es el trabajo que se extiende al resto de la vida.
El nivel de exigencia es vivido como desafío y como parte de la exploración de emociones que define a este perfil. Es un trabajo competitivo, que requiere altas dosis de proactividad e iniciativa individual y que si bien valora la actitud de “trabajo en equipo”, lo hace como estrategia de adaptación a un ideal individualista.

En este marco, la pastilla cumple una función compensatoria, ayuda a seguir cuando yo solo/a no puedo. De este modo se justifica para el rendimiento, pero también para bajar el ritmo desde un enfoque instrumental, para recuperar fuerzas y continuar el circuito.

Dado que los estilos de vida no muestran distinciones significativas entre varones y mujeres, en este perfil no se observan grandes diferencias por género.
Por otro lado, en las mujeres jóvenes de este perfil aparece de modo recurrente la figura de la madre como modelo de consumo y como quien recomienda y acerca la primera pastilla. Esto en algunos casos genera espacios de intimidad en el vínculo entre madre e hija, actuando como transferencia de saberes y experiencia, mientras que en otros casos se percibe de modo negativo, intentando distanciarse de un modelo familiar que condiciona y molesta.



Los jóvenes adultos
El segundo grupo que apareció en este segmento de edades lo definimos, en comparación con el anterior, como “los jóvenes adultos”. En ellos el proyecto se focaliza en el bienestar de la familia. El desarrollo individual cede paso al proyecto familiar o se construye a través suyo. Pertenecen al segmento joven de niveles medios bajos y bajos, con un estilo de vida signado por la adultez de sus condiciones objetivas pero también por una actitud de seriedad y compromiso que los distancia de los jóvenes adolescentes.
Estos jóvenes parecen vivir una adultez temprana, adelantando los patrones de comportamiento y de consumo del psicotrópico propios de los grupos de mediana edad de estos sectores.
El consumo en este ciclo se muestra caracterizado por lo esporádico, es decir puntual o periódico, que suele responder a las demandas de rendimiento, ya sea por alcanzar niveles de proactividad o para bajarlos a fin de “recargar energías”.
Sin embargo, en los sectores medios bajos y bajos se observa una tendencia hacia un consumo periódico, signado por imaginarios de supervivencia.



El estudio completo “La medicalización de la vida cotidiana.
El consumo indebido de medicamentos psicotrópicos en adultos”
puede consultarse aquí: http://www.observatorio.gov.ar/

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